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EL MAESTRO CRISTIANO A LA LUZ. 61 Más adelante reconoce que «cuando la educación literaria, social, doméstica y religiosa no van todas de acuerdo el hombre es infeliz, impotente»63. Teniendo en cuenta esto, se puede casi asegurar que va encontra de los principios fundamentales de la educación la escuela neutra o laica de la que está excluida la religión. La formación religiosa, cons­ tituye uno de los fundamentos básicos indispensables para la formación y el desarrollo integral del individuo. Prescindir de ella, es negar el sentido trascendente que tiene el hombre. La Iglesia, fiel a su Fundador, está obligada a recordar y promover la dimensión trascendental de la existencia humana, y a la vez, utili­ zando medios conformes con el Evangelio, señalar la orientación tras­ cendente de la cultura y de la educación. No se puede llegar a una evangelización de la cultura, sin la exis­ tencia de la escuela cristiana. El reconocimiento de la presencia de la Iglesia en el ámbito de la escuela, se funda en el debido respeto a los derechos de unos ciudadanos concretos, que son y se reconocen cris­ tianos, o que aceptan la formación religiosa: «La escuela es el lugar privilegiado para la transmisión de unos co­ nocimientos orgánicos de la fe, y siempre relacionados con el resto de los saberes que en la escuela se imparten»64. Fiel a este espíritu, Pío XI, en su citada Encíclica afirma: «Es necesario que toda la enseñanza y toda la organización de la es­ cuela, maestros, programas y libros, en cada disciplina, estén imbui­ dos de espíritu cristiano bajo la dirección y vigilancia materna de la Iglesia, de suerte que la religión sea verdaderamente fundamento y corona de toda instrucción en todos los aspectos, no sólo en el ele­ mental, sino también en el medio y superior. Es necesario, para em­ plear las palabras de León XIII, que no sólo en horas determinadas se enseñe a los jóvenes la religión, sino que toda la formación restan­ te exhale fragancia de piedad cristiana»65. Es preciso tener en cuenta el giro renovador impuesto por el Con­ cilio Vaticano II en todo aquello que se refiere a la escuela católica. La Iglesia considera que, la escuela católica, para que sea fiel a su misión, tiene que recurrir al evangelio en su interpretación tradicional 63. Ibid. 64. Declaración sobre la Enseñanza, 13, n. 20. 65. DIM 49.

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