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58 LUDIVINA SASTRE ROMO ni quita el valor a la institución escolar, sino que la hace aun más necesaria para contrarrestar en determinadas ocasiones la influencia ne­ gativa que a veces ejerce la educación informal. Incluso podemos aña­ dir que «la escuela ejerce una función social insustituible, pues hasta hoy se ha revelado como la respuesta institucional más importante de la so­ ciedad al derecho de todo hombre a la educación y, por tanto, a la realización de sí mismo y como uno de los factores más decisivos pa­ ra la estructuración y la vida de la misma sociedad» 53. Hay que tener en cuenta primeramente que la escuela es el lugar más adecuado para la humanización. Está llamada a ser una forja de auténtica personalidad mediante la asimilación de la cultura y la apor­ tación de todos los recursos, materiales y personales del centro: «La escuela es un lugar de formación integral de la persona median­ te la asimilación sistemática y crítica de la cultura...»54, «Esto supone ... confrontar e insertar los valores perennes en el con­ texto actual. En realidad la cultura, para ser educativa, debe insertar­ se en los problemas del tiempo en el que se desarrolla la vida del jo­ ven. La escuela debe estimular al alumno para que ejercite la inteli­ gencia, promoviendo el dinamismo de la clarificación y de la investi­ gación intelectual, y explicitando el sentido de las experiencias y de las certezas vividas» ss. «...No se puede olvidar que en la escuela se enseña para educar, es decir, para formar al hombre desde dentro, para liberarlo de los condicionamientos que pudieran impedir vivir plenamente como hom­ bre. Por eso la escuela debe partir de un proyecto educativo Tnten- cionalmente dirigido a la promoción total de la persona»56. En la sociedad actual, caracterizada por un gran desarrollo cientí­ fico y tecnológico, junto con la influencia del materialismo, pragmatis­ mo y consumismo existentes, se corre el riesgo de caer en la desper­ sonalización y en la masificación. Para evitarlo, «es evidente la necesidad de una escuela que sea realmente educativa, o sea, que se halle en grado de formar personalidades fuertes y res­ ponsables, capaces de hacer opciones libres y justas»57. 53. El laico católico, testigo de la fe en la escuela. Documento de la Sa­ grada Congregación para la educación católica, en Ecclesia 1983, 1 829, n. 13. 54. LaEscuela Católica, 992, n. 26. 55. LaEscuela Católica, 992, n. 27. 56. LaEscuela Católica , 993, n. 29. 57. LaEscuela Católica, 993, n. 31.

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