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38 LUDIVINA SASTRE ROMO En mi trabajo he encontrado otros documentos y obras pedagógicas de cierta importancia. Pero, por no pertenecer a los documentos que considero oficiales, los utilizo menos. He recogido sin embargo, aque­ llas ideas que están de acuerdo con la doctrina que presenta la Iglesia acerca del hombre y de la educación. El estudio pretende ser, ante todo, documental. No obstante, a lo largo del mismo, aparecerán opiniones personales sobre algunos pun­ tos particulares. Divido mi trabajo en dos partes. En la primera de ellas, titulada La Iglesia ante la educación, me he acercado al tema, resaltando pri­ mero la preocupación e interés de la Iglesia por la educación, dada la importancia que ésta tiene para el hombre. Luego diseño un esbozo de la educación en general y de la educación cristiana, en particular. Finalmente hago una reflexión sobre los responsables directos de la educación, sus obligaciones y derechos. La segunda parte, El maestro cristiano, constituye el cuerpo nuclear del trabajo. Primero hablo de la escuela en general, para luego deli­ near qué sea la escuela católica, junto con las tareas y contenidos de la misma. Termino con un estudio del maestro cristiano, de su identidad, de su quehacer, de su misión. La educación cristiana y el maestro cristiano son hoy un reto ante otras concepciones del mundo que pretenden abrirse camino en nuestra sociedad como base de otros proyectos edu­ cativos. P rimera parte LA IGLESIA ANTE LA EDUCACION 1. Preocupación de la Iglesia por la educación Es un hecho comprobable que el tema de la educación constituye un motivo de seria preocupación para la Iglesia. Especialmente a partir de la Edad Media ha venido ofreciendo un gran servicio a los hom­ bres a través de las escuelas monacales y catedralicias, universidades y otros centros docentes, donde a la vez que se transmitía la cultura, se ponía un acento especial en continuar el solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad salvadora: «Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Pa­ dre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo

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