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48 LUDIVINA SASTRE ROMO — ¿Cuál es el sentido último de la existencia que está detrás de todas esas filosofías de la educación? — ¿Qué hombre y qué tipo de educación se pretende preparar con los nuevos planteamientos educativos? Se multiplican las reflexiones y las críticas sobre la realidad escolar, en referencia a la presencia de los cristianos en el hecho educativo. Grupos de cristianos, algunos dedicados a la enseñanza, se plantean cómo ha de ser la presencia de la Iglesia en el mundo escolar. Se ex­ presan preocupaciones y se ofrecen distintas soluciones. Es evidente, que hoy más que nunca, ante la pluralidad de ideolo­ gías existentes, la Iglesia tiene que hacerse presente para educar en la fe, a través de la tarea del maestro que de forma clara y explícita testimonie su fe y su vida de auténtico cristiano, tanto en las escuelas católicas como en aquellas que no lo son. Pero no sólo es en la escuela donde esta educación ha de conseguirse, sino que es importante preo­ cuparse de que las condiciones, en todo lo que rodea al educando, es decir, el ambiente, durante el período de su formación, corresponda al fin que se pretende. Como síntesis de esta reflexión podemos afirmar que todos los hombres tienen derecho a recibir una educación que sea integral. Considerando que el sujeto de la educación es el hombre todo en­ tero, espíritu unido al cuerpo, el proceso educativo para que sea inte­ gral, atenderá al desarrollo no sólo de las facultades naturales sino tam­ bién de las sobrenaturales. La educación cristiana posibilita este desarrollo personal y perso­ nalizado, de ahí su necesidad e importancia. 3. Responsables de la educación La educación tiene como finalidad el desarrollo de todas las poten­ cialidades del individuo para que pueda llegar a ser una persona ma­ dura, responsable y libre. Como el hombre no vive solo, sino inmerso en una sociedad, el proceso educativo tiene lugar dentro de ella: la educación presenta, pues, un carácter necesariamente social. Es la sociedad con sus distintos estamentos la responsable de que todos los hombres reciban la educación más adecuada a las caracterís­ ticas y necesidades de su naturaleza humana. ¿Quiénes son, en definitiva, los responsables de la educación?