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46 LUDIVINA SASTRE ROMO que marcha delante de otra, invita a esta a seguir. Preceder no es sustituir. Alumbrar delante no es hacer el camino por otro. Nadie suple a nadie en el orden personal, aun cuando todos tengamos que ser precedidos por otro. La libertad del hombre no es prefabricable ni sustituible. La educación es así la posibilitación de libertad en cuanto reto a la libertad» 19. Esta formación integral exige que, al mismo tiempo que se desa­ rrollan todos los aspectos indicados, se atienda a la dimensión religiosa: «La apertura del hombre a lo transcendente es una dimensión cons­ titutiva radical del ser humano. Por ello, una formación integral exi­ ge que se preste atención al universo religioso del hombre» 2°. La Iglesia siempre ha cuidado de la educación orientando su sen­ tido trascendente porque, «es evidente que como no puede existir educación verdadera que no esté totalmente ordenada al fin último, así, en el orden actual de la Providencia, o sea después que Dios se nos ha revelado en su Uni­ génito Hijo, único "camino, verdad y vida", no puede existir educa­ ción completa y perfecta si la educación no es cristiana»21. La educación cristiana abarca todos los aspectos de la vida humana, física, intelectual, espiritual, moral, doméstica, social, para regularla y perfeccionarla según los ejemplos de la doctrina de Cristo: «La educación cristiana no persigue solamente la maduración huma­ na, sino que busca, sobre todo, que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don recibido de la fe, mientras son inicia­ dos gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación; aprendan a adorar a Dios Padre en espíritu y en verdad y así lleguen al hombre perfecto, a la edad de la plenitud de Cristo, y contribuyan al crecimiento del cuerpo místico...» 22 . El fin de la educación cristiana es la formación del verdadero cris­ tiano con la ayuda de la gracia divina. El verdadero cristiano es, a la vez, el más noble y provechoso ciudadano, que piensa, juzga y obra de forma coherente, siguiendo lo que le dicta su razón iluminada por la luz sobrenatural de los ejemplos y doctrina de Cristo. 19. O. c.t 73. 20. Declaración sobre la enseñanza, 11, n. 13. 21. DIM 5. 22. GE 2.

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