PS_NyG_1986v033n001p0007_0035

10 GERMAN ZAMORA proponían que continuara enseñándose pordictado, con la obligación de cercenar las cuestiones inútiles y reflejas 4. En la facultad de artes había, teóricamente, nueve cátedras, pero en la práctica estaba cerrada la de los suprimidos jesuítas, y nunca se había abierto la de matemáticas, «por falta de fondos» para soste­ ner a su catedrático. Esta de matemáticas y la de filosofía moral, cuya enseñanza tampoco estaba, al parecer, muy en vigor, pese a los esta­ tutos, eran de propiedad. Aquellas nueve cátedras debían comenzar y acabar curso cada año; no así las tres vinculadas a dominicos, fran­ ciscanos y jesuítas, que lo hacían de trienio en trienio. El claustro opinaba que deberían subsistir seis cátedras, todas ellas de regencia, a fin de atender al número creciente de estudiantes, con­ formándose en lo demás con el plan de Salamanca. El estudio de la física en un solo año le parecía difícilmente realizable, por constituir ella sola «una gran parte de la filosofía». Por eso sugería dejar a dis­ creción del catedrático el explicar los tratados de la física particular en el tiempo más oportuno, centrando el estudio de la general en el tercer año. En cuanto al texto que debía seguirse, discrepaban enérgicamente del propuesto por Salamanca. «Quieren ...que por peripatético no se siga a Goudin, y así o que se escriba, o que se siga a Juan Bautista Duhamel en su Philosophia vetus et nova». Si Duhamel, como defen­ sor de la ciencia media, fuera poco grato a los ojos del Consejo, podía tomarse tal capítulo de Goudin, «y, si este medio no se adopta, se siga a Francisco Jacquier, por ahora y hasta que se forme mejor obra». El empeño de los claustrales, tanto en teología como en filosofía, por marginar el tomismo es patente. Puede decirse que se atienen al esquema reformista salmantino en todo, menos en admitir dentro de sus aulas el caballo de Troya de aquél, que eran los textos. El pano­ rama es, en ese aspecto, muy distinto del coetáneo en las universida­ des mayores y menores de Castilla. Y tiene el valor de una constante para las de Aragón. La consecuencia que de esas premisas se seguiría en una y otra región, al entablarse, al final de la década, la batalla por un texto filosófico nacional, sería también diametralmente opuesta. 4. Hemos encontrado copia de aquel informe en el Archivo de la Corona de Aragón, Sección Modernos, ms. 122: Dictamen de la facultad de teología de la real universidad de Cervera sobre el nuevo plan de estudios formado por el claustro de Salamanca. Escribe el amanuense: «No se ha podido lo­ grar copia de los de las facultades de cánones, leyes, medicina y filosofía, sí sólo del de teología».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz