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30 GERMAN ZAMORA y, los remolinos de Descartes, por ridículos. El mundo procede de la coalescencia de cuatro clases de materia, sutil, etérea, común (Descar­ tes) y gravitatoria (attractrix, New ton). Su separación fue obra del Creador. Se acepta la definición aristotélica de elemento y se rechazan los de los alquimistas por no verilearlos la experiencia, y los cuatro elementos clásicos son relegados a pura invención falaz de los árabes, de quienes los habría recogido el Peripato... El origen de los mixtos y de sus cualidades a partir de dichos cuatro elementos lo consideran más bien objeto de tradición vulgar que científica. Las últimas partícu­ las de los cuerpos no son homogéneas (Descartes), sino heterogéneas (GassendiX La inercia radica en esa heterogeneidad de los corpúsculos. Los cuerpos continuos están compuestos de átomos físicamente indivi­ sibles y unidos entre sí según su figura. Estas y no las formas peripa­ téticas determinan la unidad de los cuerpos inanimados. En cambio, siguen al Liceo para explicar la de los vivientes, mediante un principio o forma vital entitativa, distinta de la materia31. Admiten, con los atomistas, la existencia del vacío. La gravedad de los cuerpos no se explican suficientemente ni por las cualidades aristotélicas, ni por los vórtices cartesianos, ni tampoco mediante la hipótesis de Newton — «hipótesis que no suscribiré mientras el Ebro no atraiga al Tajo» (! )— , sino por la propensión innata de los mis­ mos a la contigüidad o adhesión con otros, «ne universum dissolva- tu r»... El calor consiste en la aceleración de las partículas de los cuer­ pos (Descartes), y el frío en su reposo o lentitud. En cuanto al enra­ recimiento y densidad, tensión y comprensión, «nihil est cur a Lyceo recedamus». Admiten la teoría newtoniana de la luz y los colores. No suscriben el sistema copernicano del universo, sino «el egipcio como hipótesis, y el de Tico como tesis». Repudian en redondo la teo­ ría copernicano-cartesiana de que la tierra sea también un planeta,... 32;. 31. Ocupa la física en el folleto las pp. 39-120 y los nn. 140-549. He aquí algunos asertos típicos: «Verumtamen ubi de corpore viventi sermo erit, ad Lyceum nos revocabimus, et cum Peripatético Senatu pro forma viventi entitativa, simpliciter a materia distincta, feremus sententiam» (n. 191). «Va- cuum vero disseminatum, cum Gassendo et Atomistis, rationi physicae adhae- rentes, in universo admittimus» (n. 231). «Newtoniana autem hypothesis de mutua corporum attractione, decoris illa plus habet, quam veritatis: ñeque ei prius subscribam, quam Iberas Tagum attraxerit» (n. 238). 32. «De Coelis et Astris, immo etiam de Tellure, et Atmosphaera, nec Copemici, nec Cartesii Systema nobis probatur, quod enim Terra, non au­ tem Sol moveatur, id Scripturae verbis, et rationi physicae minime cohae- ret (n. 488). «Nec Naturae phaenomenis sociari posse arbitraur aut Platoni- cum Systema, aut Ptolemaicum: proinde Aegiptiacum ut hypothesim, Teco- nicum ut thesim admittimus» (n. 409).

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