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8 GERMAN ZAMORA autores más clásicos» *. No menos acorde, en fin, con la metodología que iba a recomendar el Consejo de Castilla con insistencia infatigable en torno a 1770, aparecían las citadas advertencias contra las cuestio­ nes inútiles y los libros de texto difusos. No se alude, en cambio, como es obvio, a la lacra del partidismo, a pesar de florecer éste en aquella universidad, como en las restantes de la Corona de Aragón, con mucho más vigor que en las de Castilla, como veremos. Un plan de estudios tardío, renovador y no aprobado La carta orden de 16 de septiembre de 1767, que ponía en marcha la reforma de la enseñanza, suscitó en Cervera más expectación que entusiasmo por acometerla. El claustro comenzó a moverse en ese sentido, pero, lejos de buscar soluciones desde dentro de su propia tradición, menos tarada de siglos que la de las otras universidades ibéricas, o de explorar allende el Pirineo a caza de elementos real­ mente válidos para la actualización del saber y de su transmisión, pre­ firió inhibirse, y esperar a que las demás dieran los primeros pasos. Tal vez influyera en esa actitud el haber descargado sobre aquella uni­ versidad con mayor fuerza y deterioro la supresión de la Compañía de Jesús; o también, y desde un punto de vista más filosófico y pe­ dagógico,el hecho de ser menos necesaria en ella la reforma de la facultad de artes, ya discretamente moderna; sin que deba tampoco minusvalorarse la amenaza que, para los poderes autárquicos del can­ celario, planteaba el nuevo procedimiento para la provisión de cáte­ dras: los informes secretos de aquél sobre los candidatos serían susti­ tuidos por el dictamen comparativo de los jueces del concurso, siste­ ma considerado más apto para evaluar su verdadero mérito. Por todo esto, y por cierto innato miedo a la originalidad, o por su espíritu de dependencia —una y otra vez se evoca e invoca en los documentos 1. Estatutos y privilegios apostólicos y reales de la Universidad y estu­ dio general de Cervera. Por acuerdo de la misma Universidad . Impresos en su oficina de Cervera. Por Josef Barber y Compañía. Año de MDCCL, p. 40. Véanse algunas disposiciones de su título IX: «Estatuimos que en el año primero se lean Súmulas y Lógicas enteramente, excusando cuestiones inú­ tiles, y la sobrada prolixidad de los escritos. Estatuimos que en el segundo año se lea enteramente la Metafísica. Estatuimos que en el tercer año se lea la Física. Estatuimos que el Catedrático de Filosofía Moral lea en un trienio las Eticas, las Políticas y las Económicas de Aristóteles, y acabado el trienio, vuelva a leer los mismos Tratados, arreglándose siempre al texto y mente de Aristóteles, con la interpretación de los Autores más clásicos, y lea de tres a cuatro por la tarde».

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