PS_NyG_1986v033n001p0007_0035

LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS. 21 El enfrentamiento de las facciones rivales tomaba otro cariz cuando los catedráticos lo contagiaban a la masa estudiantil. Al término de la década de los 70 y, por tanto, a buena distancia ya de la supresión radical de una de las escuelas clásicas, y del nombre de todas, y en vísperas de la imposición oficial del estudio de la filosofía moderna por un mismo autor, indiferente o ecléctico, se sucedieron en la uni­ versidad cervariense golpe y contragolpe de los partidos escolásticos. El frente anti-tomista era ahora más compacto, en el fondo, que antes de 1767, pues agrupaba bajo idéntica bandera a los que antes militaran esporádicamente bajo varias. El doctor M. del Pizal, oscuro seguidor del tomismo, notificaba el 11 de marzo de 1779 al director Nava cómo «un congreso de doctores y estudiantes celebran un largo convite de cuatro horas, dedicado a ultrajar a santo Tomás en una su imagen; y, por postre, le cortan la cabeza...». Era un suceso denunciado a la Inquisición, pero aplaudido, según el informante, por el cancelario y el juez del estudio 19. A ese acto vandálico replicó el partido tomista con otro poco menos extremoso, apoderándose, en la tarde del 30 de octubre de dicho año, del aula, e impidiendo entrar en ella a otros alumnos. Anota el informe que los «catedráticos de los tumultuantes» eran, con el P. Benito Vaquer, motor principal, sus hermanos de hábito José Cabrer y Sebastián Prats, y los doctores Ignacio Oms y Mariano Cortadellas 20. Contra ellos presentaron un memorial, titulándose cate­ dráticos antitomistas, Felipe de Torres, de vísperas de teología, Fran­ cisco Daniel, francisco observante y catedrático de prima de teología, Agustín Riera, sustituto de prima, Magín Salvado, de teología moral de casos, y Jaime Pelfort, de teología moral escolástica. Alegaban que (a más de conocerle) y sabía que no era fanático, antes bien, había mani­ festado siempre mucho juicio, de modo que los mismos tomistas de Cervera abonaban su conducta y suficiencia» (idem, 5.III.1775, ibid.). 19. Ibid. Carta informe del Dr. M. del Pizal a D. Miguel María de Nava, de 11.3.79. «El cancelario escribe con la pluma una cosa, y por obra hace lo contrario. Mientras dice en su voto que se tengan presentes las pragmáticas de S. M. de enseñar la doctrina sana por san Agustín y santo Tomás, y de no hacer partido con la escuela jesuítica extinguida, en la universidad de Cervera un congreso de doctores y estudiantes celebra un largo convite de cuatro horas, dedicado a ultrajar a santo Tomás en una su imagen; y por postre le cortan la cabeza. Este suceso, en que actualmente entiende el tri­ bunal de la santa Inquisición, queda aprobado, aplaudido y autorizado por el cancelario, y por su juez doctor Segarra». 20. Ibid. «En dicha tarde del 30 de octubre [1779] se apoderaron del aula los referidos discípulos, que habían sido del P. presentado Benito Vaquer, cuando cursantes filósofos, no permitiendo la entrada a los oyentes del Dr. Oms y P. jubilado Daniel, de lo que resultó el sobredicho tumulto».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz