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20 GERMAN ZAMORA promoción del estudio y seguimiento de san Agustín, junto al de santo Tomás, y miembros de ambas escuelas saborearon el triunfo común, cuando vieron a la de la Compañía en trance de muerte. El gusto de esa victoria no fue, sin embargo, duradero, y pronto los antes alia­ dos volvieron sus armas unos contra otros, en Cervera y en otras uni­ versidades de la Corona de Aragón, especialmente en la de Valencia. Pier no tardó en lamentarse de que Felipe de Torres estuviera entusias­ mado con la idea de «formar una escuela tomista independiente», y precavía contra ese peligro de cisma dentro de la sana doctrina 16. Ya vimos el celo encomiable que, por la salvaguarda de ésta, desplegara en el caso de los doctores Josa y Salvado en prejuicio del segundo, por considerarlo «uno de los más famosos fanáticos de esta escuela». Su carta surtió efecto, pues Lorieri tuvo muy en cuenta ese descalificativo ante su tío Roda, y la cátedra fue dada al «buen tomista». Era general­ mente esa condición el verdadero criterio selector, que privaba indefec­ tiblemente de la cátedra apetecida a quien fuera denigrado con los motes consabidos. A falta de un «buen tomista», se transigía, si el aspirante no era tachable de fanático filojesuíta 17. Con tal salvedad pro­ puso Lorieri, en 1775, para la cátedra de moral de casos, al canónigo leridano Antonio Ferrer, «no obstante ser escotista y haber sido adicto a los jesuítas, pues ...sabía no era fanático»18. 16. Ibid. «Son ya muy pocos en esta universidad —escribía— los profe­ sores apasionados de la verdadera y sana doctrina del Angélico Doctor, y sería aún más sensible el disgusto de la escuela tomista, si entre sus profe­ sores, que con este loable afecto se caracterizan, contara a un sujeto tan desafecto, que puede con mucha facilidad inducir en ella un cisma intole­ rable». En carta de 23.VII.68 al P. Marcos Sánchez, le aseguraba Pier que Torres pretendía «formar una escuela independiente de los dominicos, en­ trando en el Consejo, para facilitar los medios, el célebre Dr. Formiguera, y el P. fray Leo de S. Francisco de Paula». Torres había explicado ya varios cursos de filosofía en Cervera, y uno de teología moral casuística por las Instituciones —en el índice del Consejo— del P. Busembaum. Sobre el par­ tidismo en la universidad de Valencia puede verse nuestro estudio, ya cita­ do, sobre la reforma de esta universidad, en Estudios Franciscanos 82 (1981) 198-214. 17. «Para la cátedra de teología expositiva, de propiedad, de la universi­ dad de Cervera está consultado, en primer lugar, D. Magín Salvadó por 16 votos, y por 2 D. Juan Bautista Josa. Y a la verdad que considero a éste más acreedor para la cátedra que a Salvadó, así como porque no puede ne­ garse su mayor habilidad y literatura, como porque Salvadó es un fanático v Josa un buen tomista» (Lorieri a Roda, Madrid, 4.XI.1774, AHSGJ, leg. 941). 18. «...voté, en primer lugar, por D. Antonio Ferrer por considerarle más a propósito que a otro alguno para la cátedra, no obstante ser escotista y haber sido algo adicto a los jesuítas, pues tenía de él muy buenos informes

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