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El cristiano al servicio de la unidad y de la paz I. M in is t e r io y laicado en r e l a c ió n con la un idad d e l a I g l e s ia 1. Diversos servicios de la unidad de la Iglesia El II Concilio Vaticano, al describir la misión apostólica de los laicos afirma que «todo laico, por los mismos dones que le han sido conferidos, se convierte en testigo e instrumento vivo, a la vez, de la misión de la misma Iglesia en la medida del don de Cristo» *. Por otra parte, tal vez nunca como en nuestros días haya adquirido la humanidad una conciencia tan viva de su propia y fundamental uni dad. Desde que el «Victoria», uno de los cinco navios de la expedición de Fernando de Magallanes, al mando de Juan Sebastián Elcano, re gresara a Sevilla en un periplo de 1519 a 1522 circunnavegando la Tierra, y quedara de este modo probada la redondez esférica del pla neta que habitamos, la Epoca Moderna ha ido proporcionando al hom bre un particular sentimiento de la unidad del género humano. El úl timo Concilio, que citábamos antes, nos ofrece la clave de interpreta ción de la función de los laicos como «testigos e instrumento» de la misión de la Iglesia en el mundo; y esta interpretación tiene su razón de ser en esa verdad fundamental que le ha sido dado descubrir pau latinamente, y sólo de forma parcial, al hombre moderno: la unidad del género humano. Decimos de forma parcial —y, por ello, expuesta a todos los erro res de percepción y de uso, cuando no de manipulación ideológica— 1. C o n c ilio V a t ic a n o I I , Constitución dogmática sobre la Iglesia «Lumen gentium» ( = LG), n. 33.
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