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236 SANTOS SABUGAL como la exhortación a perdonar «las faltas», para obtener el perdón del Padre (Cf. Mt 6, 12. 14-15), refleja un conocimiento de la tradi­ ción pre-mateana sobre el Padrenuestro9. Análoga titulación usa tam­ bién Le 11, 13 («El Padre del cielo»). Y esta titulación lucana es el mejor argumento contra la presunta abreviación (por parte de Lucas) de la invocación plena existente en la tradición o fuente pre-redaccio- nal y fielmente reproducida por Mateo. ¿Por qué no lo hizo igualmen­ te en 11, 13 Lucas, es decir, en ese versículo que forma con 11, 2 («Pa­ dre») una clara inclusión literaria? Todo esto muestra, que Mateo y Lucas no dependen de una común fuente literaria (Q), reflejando ca­ da uno de los dos Evangelistas, más bien, tradiciones diversas. ¿Pue­ den ser éstas detectadas? Por cuanto a la invocación mateana se refiere, tanto la forma bre­ ve («Padre nuestro») como la forma plena («Padre nuestro, que estás en los cielos») está de modo parco pero sólidamente atestiguada por la precristiana literatura y liturgia judaica 10. Un influjo cristiano en el uso judaico es, pues, del todo impensable. Lo contrario es, más bien, probable: Mateo depende de una tradición judeo-cristiana, influencia­ da ésta, a su vez, por el culto sinagogal11. También la invocación luca- 9. Así, con: M. J. L a g r a n g e , Évangile selon Saint Marc, Paris 1966, 301 («Me no reprodujo el Pater, pero al menos la fórmula del "Padre en los cie­ los" a propósito de la oración»); J. C arm in ac, o . c ., 74-75. 362; y otros au­ tores. 10. «La frase "Padre nuestro, que estás en los cielos" es tan común en la literatura talmúdica, que para quienes tienen algún conocimiento del he­ breo las citas resultan innecesarias» (J. K lausner , Jesús de Nazaret, Buenos Aires 1971, 378), debiendo precisarse, que los numerosos testimonios al res­ pecto del judaismo rabbínico (Cf. G. F. M oore , Judaism, II, Cambridge 1927, 201-211; 204ss; G. D alman , Die Worte Jesu, Leipzig 1930, 152-54. 296-302; W. M achel , Abba, Pére, Rome 1971, 92; J. J erem ías , Abba, 20-21) se remontan a un período pre-cristiano, como lo muestran los parcos pero seguros testi­ monios del pre-cristiano TgPI( = «Neofyti l»)Éx 1, 19; Núm 20, 21; Dt 33, 23; Cf.: M. M c N amara , Targum and New Testament, Shannon 1977, 116-119; A. D íez M acho , Neophyti 1 : IV. Números, Madrid 1974, 36-37. 11. Así, con: T. W . M anson , The Sayings of Jesús, London 1949, 168; K . G. K uh n , Achtzehngebet und Vaterunser, und der Reim, Tübingen 1950, 34; H. V a n d en B u ss c h e , El « Padrenuestro », Bilbao 1964, 50; M . M cN am ara, o . c ., 118; A. D íe z M acho, Neophyti 1: IV. Números, 37; y otros autores. También es probable, que el calificativo «que estás en los cielos» haya sido añadido por la tradición mateana, «para explicación (del vocablo "Padre") y preser­ vación de una errónea comprensión de su uso judaico» (G . D a lm a n , o . c.t 303). En todo caso, no es creación literaria del primer Evangelista. Contra: H. G r e e v e n , Gebet und Eschatologie im Neuen Testament, Güitersloh 1931, 77; S. S c h u lz , o. c., 85.

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