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TRADICION PRE-REDACCIONAL DEL PADRENUESTRO 259 22, 19c); él sólo le sgarantiza diariamente «la Vida eterna» (Jn 6, 51. 53-58) así como la continuidad de la existencia cristiana o comunión fraterna de «muchos» en «un solo cuerpo» (Cf. 1 Cor 10, 16-17). De ahí la súplica: « \Dános siempre este Pan! » (Jn 6, 34), Señor, «¡dá­ nosle hoy! ». 6) «Perdónanos...» a) La súplica por el perdón tiene por objeto en las Comunidades judeo-cristianas* las propias «deudas», contraídas con el Padre celeste. Tres veces al día suplicaban. También las Comunidades judaicas supli­ caban en sus oraciones al «Padre nuestro» el perdón de «nuestras trans­ gresiones» y de «todas nuestras deudas»74. De modo análogo ruegan los fieles judeo-cristianos: « ¡Perdónanos nuestras deudas...! ». Esta pe­ tición suplica, sin duda, el perdón de las deudas contraídas con el Pa­ dre, al rechazar su Reinado cuantas veces transgredieron la suprema norma de su Voluntad: Siempre que, aceptando como Adán y Eva (Cf. 2 Cor 11, 3; 1 Tim 2, 14) la catequesis del «maligno», desearon ser «como dioses» y comieron la prohibida fruta de «la ciencia del bien y del mal» (Cf. Gén 2, 17; 3, 3-6), es decir, realizaron un acto por el que, negando prácticamente a Dios, se erigieron en suprema norma moral de la propia Vida. Así usurparon el puesto reservado a Dios, ro­ bándole Su honor y sustrayéndole Su gloria: ¡Esas son las «deudas» con El contraídas, por las que suplican su perdón! No sin incluir evi­ dentemente en esa súplica las «deudas» contraídas con «los hermanos» (Cf. Mt 5, 23; 18, 15 = Le 17, 3b). b) Y esos son también los «pecados», por cuyo perdón ruegan las Comunidades helenístico-cristianas: Los pecados diariamente cometidos contra el Reinado de Dios sobre la propia vida. Pero también los pe­ cados contra el «propio cuerpo» (1 Cor 6, 18), contra la santidad del matrimonio (Cf. 1 Cor 5, 1) y «contra los hermanos» (1 Cor 8, 12; Cf. 6, 1-8; Sant 4, 1-2. 8-12 etc.). c) Las dos formulaciones de esta petición suponen, por lo demás, no sólo la posibilidad del pecado 75 sino también, y sobre todo, su rea- 74. TefiUá, 6 (ree. pal.) y Oración del Año Nuevo: Cf. S tr .-B ill ., I, 921, G. D alman , Worte Jesu, 340s; otras antiguas súplicas judaicas: Cf. G. D al ­ m an , o. c., 337. 75. Cf. Hebr 10, 26; 1 Jn 2, 1; E f 4, 26 Sant 1, 15; 2, 9; 5, 15; Mt 18, 15 (= Le 17, 3b), etc.

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