PS_NyG_1985v032n002p0233_0266

242 SANTOS SA3UGAL be» 31. Por lo demás, esa petición resuena en la exhortación parenética de Me 11, 25 sobre la condición necesaria para la eficacia de la ora­ ción por el perdón: «y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad si tenéis algo contra alguien, afin que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras faltas» (Cf. Mt 5, 23; 6, 9b. 12. 14- 15). Los reiterados contactos literarios entre Me y Mt tanto en la ti­ tulación: «Vuestro Padre, que está en los cielos» (Mt 6, 9b. 12: Cf. supra), como en la expresión: «si tenéis algo contra alguien» (Cf. Mt 5, 23), y en el vocablo «faltas» (Cf. Mt 6, 14-15), muestran —acep­ tada la prioridad de Me con respecto a Mt— que el Evangelista Mar­ cos conoció la tradición pre-mateana no sólo de la petición por el per­ dón sino de todo el Padrenuestro 32. — La petición, que ruega «ser preservados de sucumbir a la ten­ tación» (Mt 6, 13a = Le 11, 4b) es idéntica en Mateo y en Lucas, re­ montándose por tanto a su respectiva tradición. Un reflejo de la mis­ ma ofrece la literatura neotestamentaria tanto judeo-cristiana (Cf. Sant 1, 13; Apoc 3, 10-11) como helenístico-cristiana (Cf. 1 Cor 10, 13; 2 Pe 2, 9): Si esos textos precisan que Dios preserva (Cf. 1 Cor 10, 13a; Apoc 3, 10) y libera (Cf. 1 Cor 10, 13b; 2 Pe 2, 9) de la tenta­ ción, Sant 1, 13 responde probablemente a la dificultad suscitada por la petición del Padrenuestro («no nos introduzcas en la tentación») en los fieles, que sólo conocían la lengua griega: « ¡Dios no tienta a na­ die! » 33. — Exclusiva de la redacción mateana es la súplica por «la libera­ ción del maligno» M. No es, sin embargo, creación literaria del Evange­ lista: Si es cierto que, de los tres primeros Evangelistas, el significado de «ho poneros» ( = el maligno) es exclusivo de Mateo (Cf. Mt 5, 37; 31. Así con: A. von H a rn a ck , o. c., 48; W. B u ssm a n n ,, o. c., 67; J. S ckm id, o. c., 233, n. 2; S. S c h u lz , o. c., 85. El adj. generalizante «todo» (pás) es ca­ racterístico del vocabulario lucano (Cf. H . J. C adbury, o. c., 115 s ), siendo el uso del participio una característica deñnicla del estilo de Lucas: Cf. H. J. C adbury, o . c ., 133-137. 32. A sí con: E . Lohm eyer, o . c ., 9; Id., Das Evangelium des Markus (Me- yerKommNT, I. 2) Góttingen 1963, 239; D. E . N in eh am , The Gospel of St. Mark, London 1963, 305; M. J. L a g r a n g e , Evangile sclon Saint Marc, P a r ís 1966, 301; V . T a y lo r , The Gospel acc. to St. Mark, London 21966, 467 (trad. españ., Madrid 1979, 560); J. C a rm ig n a c, o . c ., 75. 362; R. P esch , Das Markus evangelium, II (Herders TKNT, II. 2), Freiburg 1977, 20ós. 33. Así con varios autores: Cf. infra, n. 86. 34. Para su significado, Cf. S . S a b u g a l, o . c., 432-34.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz