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218 ARSENIO GUTIERREZ DE RUCANDIO Por eso con los ángeles y los santos, cantamos tu gloria diciendo: S anto , S a n t o ... Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad: santifica estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nos­ otros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entre­ gado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos dicien­ do: T omad y comed todos de é l , PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo lo pasó a sus discípulos diciendo: T omad y bebed todos de é l , PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. Quien para cumplir tu voluntad y adquirir un pueblo santo, ex­ tendió sus brazos mientras su­ fría para librar del sufrimiento a los que en ti confían. El cual, cuando se entregaba a la pasión voluntaria, para des­ truir la muerte y romper las cadenas del diablo, para aplas­ tar al infierno y llevar a los jus­ tos a la luz, para fijar el térmi­ no y manifestar la resurrección, tomando pan, pronunció la ac­ ción de gracias y dijo: Tomad, comed, esto es mi cuerpo, partido por vosotros. Del mismo modo el cáliz, diciendo: Esta es mi sangre derramada por vosotros.

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