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DE LA ANAFORA DE LA «TRADICION APOSTOLICA» 141 2. La Tradición Apostólica y la Iglesia Romana La Tradición Apostólica fue escrita a comienzos del siglo III, en­ tre el 200 y el 215, en Roma. Hay que evitar, como indican repetida­ mente los investigadores, dos extremos. Primero, suponer que repre­ senta la liturgia romana de finales del siglo II. No existe ningún indi­ cio de que las fórmulas propuestas por Hipólito hayan estado en uso en Roma. Hipólito no escribe un texto oficial, como vamos a tener oca­ sión de comprobar por sus propias palabras. El segundo error consistiría en creer que no tiene nada que ver con la liturgia romana anterior al siglo III y que a quien representa es a la liturgia oriental. Hay un hecho que podría avalar esta impresión, y es que la Tradición Apostólica se extendió y fue conocida sobre todo en Oriente B. Sin embargo, ni en Antioquía ni en Alejandría ni en nin­ gún otro lugar existen vestigios anteriores al siglo IV de los que pu­ diera derivarse un influjo sobre el texto de la Tradición Apostólica 14. La opinión comúnmente admitida desde mediados del siglo pasa­ do, entre los más serios investigadores, es que los tres Hipólitos, el escritor y doctor, autor de la Tradición Apostólica y de los Philosophu- mena y otras obras; el antipapa, que se enfrentó a Ceferino y a Ca­ lixto; y el mártir de la Via Tiburtina, que estuvo desterrado en Cer- deña con el Papa Ponciano, por ser ambos jefes de una Iglesia, son un mismo Hipólito. Como dice Ruiz Bueno, «la Iglesia generosamente olvidó al antipapa —y también, justo es decirlo, al doctor— y sólo recordó y veneró al mártir» 15. De todos modos es muy verosímil que haya dos razones que justi­ fiquen o expliquen el olvido de Roma y la ambigüedad de los escrito- 12. La Tr. Apt., XVII. 13. Del texto original griego sólo se conocen fragmentos breves en ma­ nuscritos griegos posteriores, sobre todo en el libro VIII de las Constitucio­ nes Apostólicas, de origen sirio, y en el Epítome o Constitución por Hipó­ lito, relacionado con el anterior. Hay una versión copto-sahídica que está hecha sobre el texto griego y reproduce en caracteres de esta lengua mu­ chas palabras griegas, de suerte que se pueden descubrir los términos origi­ nales. Cf. la descripción de versiones y adaptaciones, con sus manuscritos, en B . B otte , La Tr. Apt. Introduction y en J. Q uasten , Patrología I, o. c.t 471-6. 14. Véanse, entre otros, J. J ungmann , El sacrificio de la misa. Tratado histórico litúrgico, Madrid 1951, 57-61; B . B otte , Tradition Apostolique et Ca­ non Romain, en La Maison-D-ieu 87 (1966) 52-61. 15. D. Ruiz B ueno , Actas de los mártires. Texto bilingüe, Madrid 1951, 56.

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