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DE LA ANAFORA DE LA «TRADICION APOSTOLICA» 201 (P regón I I ) Entonces el Sacerdote haga la señal de la cruz primero sobre sí mis­ mo y mirando hacia el oriente, luego sobre el pueblo y, en tercer lugar, sobre los ministros, y diga: Verdaderamente llenó los cielos y la tierra la santidad de tu gloria, por el Señor nuestro y Dios nuestro Tu santo H ijo vino nacido de la Virgen para cumplir tu voluntad y formar para ti un pueblo. P. Acuérdate de nosotros, Señor, en tu reino; acuérdate de nosotros, Señor, Maestro nuestro; acuérdate de nosotros, Señor, en tu reino, como te acordaste del ladrón que estaba a tu derecha, cuando pen­ días del madero de la santa cruz. (O, según otra tradición: Según tu misericordia, Señor, y no según nuestras iniquidades). Y luego el Sacerdote asistente ponga incienso y déle {al Celebrante ) el incensario, y {éste) inciense sus manos dos o tres veces, e in­ ciense primero el pan, después el propio cáliz y, en tercer lugar, sobre ambos. S. Extendió sus manos a la pasión ; sufrió para sanar a los que sufrían, los que esperaron en ti; por su propia voluntad se ofreció a sí mis­ mo a los sufrimientos, para destruir la muerte y romper las cade­ nas de satanás, y aplastar el infierno, encaminar a los santos, es­ tablecer la ley y manifestar la resurrección. (N arración in st it u c io n a l ) S. En la misma noche en que le entregaron. D. Elevad vuestras manos, los sacerdotes. Y entonces el Sacerdote eleve el pan con sus manos y diga: S. Tomó pan en sus santas, venerables e inmaculadas manos. P. Creemos. Creemos que esto es verdad. S. Levantó los ojos al cielo hacia ti, Padre suyo, dio gracias, bendijo, santificó (bendiga sobre el pan tres veces) y lo partió (parte el pan un poco por cinco partes, pero sin dividirlo) y se lo dio a sus dis­ cípulos y les dijo: Tomad y comed. Esto (lo muestra) es mi cuerpo partido por vosotros para la remisión del pecado. P. Amén, amén, amén. Creemos y confesamos, te alabamos, oh Señor nuestro y Dios nuestro; creemos que esto es verdaderamente tu cuerpo.