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198 ARSENIO GUTIERREZ DE RUCANDIO { P regón I ) S. Te damos gracias, oh Señor, por tu amado H ijo, Nuestro Señor Jesucristo, a quien tú nos enviaste en los últimos tiempos, como salvadorf redentor y mensajero de tu designio el cual es el Verbo que de ti procede, por quien hiciste todas las cosas, según tu beneplácito. ( I ntercesiones ) E l Diácono con canto : Por el bienaventurado y santo sumo pontífice abba N., y por el bienaventurado pontífice abba N. Luego en voz baja: Pedimos la intercesión de santa María Madre de Dios, de los santos Padres Zacarías, sacerdote y de san Juan Bautista y de todos los apóstoles, evangelistas y mártires, Simón Pedro y Andrés, Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo. Tadeo y Natanael y Santiago, hijo de Alfeo, hermano de nuestro Señor, obispo de Jerusalén; de Pablo y Matías, Marcos y Lucas, Esteban protomártir, Timoteo, Silas y Bernabé, Tito, File- món y Clemente y de todos los setenta y dos discípulos, de los qui­ nientos compañeros y de los trescientos diez y ocho ortodoxos. Que la oración de todos ellos venga sobre nosotros, Señor, y con ellos visítanos. Y luego con canto: Acuérdate de la Iglesia católica y apostólica, que ha sido constituida en la paz y en la preciosa sangre de Cristo. Y acuérdate de todos los sumos pontífices, pontífices y obispos, sacerdotes y diáconos que dirigen los caminos de la palabra en la verdad. (Oración de bendición de san Basilio) S. Asistente: O trino santo Padre, H ijo y Espíritu Santo. (E l sacer­ dote bendiga hacia cada parte, según va diciendo el asistente). Bendición sobre el pueblo: Bendice sobre tu pueblo, a los amados cristianos con tu bendición celeste y envía sobre nosotros la gra­ cia del Espíritu Santo y haz que las puertas de tu santa Iglesia estén abiertas para nosotros en la misericordia y en la confianza. Concédenos la fe en la santísima Trinidad hasta el último aliento. Oh Maestro mío Jesucristo, visita a los enfermos de tu pueblo y cúralos. Conduce a nuestros padres y a nuestros hermanos que sa­ lieron y marcharon lejos y devuélvelos a sus casas con paz y salud.