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188 ARSENIO GUTIERREZ DE RUCANDIO III. A náfora et ió pica de «N u estro s S antos P adres lo s A p ó s t o l e s » La anáfora etiópica de Nuestros Santos Padres los Apóstoles es una combinación «de la eucaristía de Hipólito con el marco y elementos complementarios tomados de san Marcos-san Cirilo»93 de Alejandría. Es la principal anáfora etiópica. Se puede afirmar, según el mismo Hanssens, que la Iglesia etiópica no comenzó a usarla hasta que la Constitución de la Iglesia Egipcia —la Tradición Apostólica de Hi­ pólito— no fue traducida de una antiquísima recensión arábica, es decir, en el siglo X IV /XV 94. E l texto latino se encuentra en la P rex E ucharistica de A. Háng- gi-I. Pahl, 144-149, y está tomado de un libro, de uso privado, de la Congregación Oriental de Roma: Liturgia-Etiopi. Revisione e ristampa del "Missale etiopico” . Plenaria seconda. Allegato I. Allegato II, Roma 1944 95. No representa un uso litúrgico muy antiguo, por lo mismo que no pudo ser utilizada antes de que se hiciera una traducción etiópica de la colección canónica copta que contenía la Tradición Apostólica. Pre­ cisamente debido a ello, los cánones de este Synodos eran atribuidos a los Apóstoles. Lo que aquí nos interesa resaltar es que la anáfora etiópica de los Apóstoles, junto con los elementos ya aludidos de san Marcos-san Ci­ rilo, y aún otros de san Basilio que vamos a encontrar, reproduce 93. C f. J. M . H a n ssen s , Institutiones liturgicae de ritibus orientalibus, vol. III, Roma 1932, 638. 94. O. c., 641. 95. Cf. bibliografía en la misma Prex Eucharistica citada, 1434. A des­ tacar E. H ammerschidt , Studies in the Ethiopic Anaphoras (Berliner byzan- tinische Arbeiten 25), Berlín 1961. Este estudio es de conjunto sobre la aná­ fora etiópica. Todas son tardías o son traducciones de las otras liturgias. Cf. en L. M aldonado , La Plegaria Eucarística, 440-455, un capítulo sobre la anáfora egipcia y etiópica. También L. B ouyer dedica un capítulo a la eu­ caristía egipcia en Eucharistie, trad. esp., 195-246. J . M . S ánchez C aro en Eu­ caristía e Historia de la Salvación, 404-410 dedica también un apartado a «las anáforas de la Iglesia etiópica». Ninguno de estos autores se fija parti­ cularmente en la Anáfora de los Apóstoles. Sin embargo, el texto ofrece, pa­ ra su estudio, tres puntos seguros de referencia, que son los que aquí va­ mos a seguir: la versión griega de la anáfora alejandrina de san Marcos, la de san Cirilo de Alejandría, que procede del copto, y el texto fundamen­ tal de la anáfora de Hipólito.

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