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DE LA ANAFORA DE LA «TRADICION APOSTOLICA» 181 Hay que tener en cuenta además que el Testamento, aproximada­ mente dos siglos más tarde, se incorporó al Octateuco, un libro oficial de la Iglesia antioquena. Antes de aclarar este aspecto, analicemos la última oración, que se separa de Hipólito y observemos si continúa en la misma línea y si es o no intencionada. La epíclesis se desdobla en dos partes. La volveremos a encontrar antes de la doxología final. Intercesiones No son todavía unas intercesiones de tipo clásico. Poseen unos ras­ gos primitivos. Se piden fundamentalmente tres cosas: que se alejen, especificándolos, prácticamente todos los pecados capitales. Un segundo bloque de peticiones, de cierta resonancia arcaica, es «por aquellos que sirven en los carismas». Y finalmente se pide por los difuntos y por la participación en la herencia de los santos. Pero lo que interesa subrayar es la estructura de esta oración. Primero, ¿a quién está dirigida? Una vez más encontramos la misma ausencia de claridad, que ya no se puede seguir pensando que es casual, sino buscada. La mitad aproximadamente está marcada por la repeti­ ción, cuatro veces, del verbo «da». «Concédenos, Dios», comienza la primera. «Señor, concédenos que se aparte de nosotros toda soberbia, por tu Nombre»... «Concédenos, por tanto, Señor, que nuestros ojos internos te vean... te magnifiquen y te sirvan, porque en ti sólo tienen su porción, Hijo y Verbo de Dios, a quien todas las cosas están sometidas». Es manifiesto el paso injus­ tificado de una persona a otra o, mejor dicho, la ausencia de distin­ ción de las personas, aunque se las nombre. Segunda parte de la epíclesis y doxología Las intercesiones se concluyen con la segunda parte de la epíclesis, que vuelve al texto de Hipólito, para desembocar en la doxología. Es de difícil traducción, tanto en Hipólito como aquí, pero es coinci­ dente en lo fundamental. Remitimos a los esfuerzos que han hecho los especialistas para hallar una aclaración79. Lo que sí nos toca destacar es un recorte que hace el Testamento a la doxología de la Tradición. 79. Es claro que pide el envío del Espíritu Santo sobre la oblación. Es claro que el único fruto que se especifica como efectode laacción del Es­ píritu Santo sobre la oblación es la unidad de losfieles. ¿Se excluye por ello el carácter consecratorio de la epíclesis? ¿Es una simple epíclesis de participación o comunión? Lo más probable es que este texto no se plantea