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DE LA ANAFORA DE LA «TRADICION APOSTOLICA» 177 contexto en que fue escrito. Por de pronto hay una designación mucho más directa de las personas de la Trinidad. Ha desaparecido el término arcaco «Puer» para referirse al Hijo. No hay duda de que todo esto confiere a la anáfora del Testamento una mayor unidad y una aparente claridad. El relato institucional Es sobrio también. Suprime el «dando gracias», pero añade el «se lo dio a sus discípulos». Emplea el «haced»; y lo más llamativo es la palabra «resurrección», en lugar de «memorial» o «conmemoración»: «Quotiescumque hoc facietis, resurrectionem meam facietis». Otro aspecto sorprendente es que no reproduce las palabras de la consagración del cáliz. Simplemente las narra: «De igual modo el cáliz del vino, que mezcló, se lo dio como tipo de la sangre derramada por nosotros». Por haber sido muy poco comentada esta anáfora por los investigadores, nos encontramos a oscuras acerca del significado que puede tener este hecho. Tres hipótesis podrían proponerse en relación con otras interpretaciones que se han dado sobre las anáforas más primitivas. La primera consiste en suponer que toda la plegaria tiene un valor consecratorio y no únicamente las palabras del relato institucional. Así lo explicaba el benedictino inglés G. Dix y con él otros muchos. Se explicarían de ese modo las imprecisiones y variantes de los relatos institucionales, el contenido de ciertas epíclesis consecratorias y, en general, el paso de un sentido meramente literario y de recuerdo his tórico a otro de realización y presencialización cultual en la celebra ción eucarística73. La otra hipótesis consiste en suponer que el relato institucional existió siempre, aun en las anáforas que no lo reproducen. Se conside raban acaso tan sagradas o tan privativas del celebrante que no era preciso consignarlas por escrito. Las anáforas más primitivas están orientadas hacia este núcleo. Tanto las palabras que lo preceden como las que le siguen están pidiendo la presencia del relato institucional con mención explícita de los gestos y palabras del Señor en la Ultima Cena74. 73. G. Dix, The Shape of the Liturgy, Londres 1945, 160-161. 74. El tema es demasiado arduo para abordarlo aquí. En relación con la anáfora siro-oriental de Addai y Mari, que no tiene relato institucional, 4
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