PS_NyG_1985v032n002p0135_0231

172 ARSENIO GUTIERREZ DE RUCANDIO Para las intercesiones Por tanto, concédenos, oh Dios, que, por tu nombre, huya todo pensamiento de las cosas que no te agradan. Concédenos, Señor, que se aleje de nosotros todo designio de soberbia, por tu nom­ bre, que está escrito dentro del velo de la puerta de tus sagrados (seres) excelsos, el que, al oírlo, el infierno se asombra, se aleja la infidelidad, se somete la desobediencia, se aplaca la ira, la en­ vidia queda sin efecto, la arrogancia es refutada, la pasión del dinero es arrancada, se quita la vanagloria, el soberbio es humi­ llado, es destruida toda criatura que produce violencia. Concede, por tanto, Señor, que nuestros ojos, que están en el interior, te contemplen, te glorifiquen, te engrandezcan y se acuerden de ti y te sirvan porque en ti solo tienen su porción, Hijo y Verbo de Dios, a quien se someten todas las cosas. Confirma a los que están en los carismas de curación; a los que tienen el don de lenguas fortalécelos; dirige a los que trabajan en la enseñanza de la palabra; guarda a quienes siempre cumplen tu voluntad; visita a las viudas y ayuda a los huérfanos. Acuérdate de aquellos que durmieron en la fe y concédenos a nosotros la heredad con tus santos y danos la gracia de agradarte como ellos te agradaron. Perdona al pueblo en la rectitud y a todos nosotros santifícanos. Da finalmente, oh Dios, que te sean unidos todos los que reciben de tus santos (misterios) y participan en ellos; que sean llenos del Espíritu Santo para la confirmación de su fe en la verdad, para que te tributen siempre glorificación a ti y a tu Hijo amado Jesucristo, por el cual se da a ti la gloria y el imperio con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. * * * Resaltan a simple vista dos o tres aspectos que acercan esta aná­ fora al tipo antioqueno y otros que la alejan del tipo alejandrino. No hay intercesiones antes de las palabras de la institución. Sí las hay