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160 ARSENIO GUTIERREZ DE RUCANDIO Es una invocación al Padre para que envíe su Espíritu en relación con la ofrenda de la Iglesia; con la congregación de los elegidos en la unidad; con la plenitud de ese mismo Espíritu en la participación de los santos misterios; y con la confirmación de la fe en la verdad. Aunque la acción del Espíritu Santo sobre la Iglesia y sobre los cre­ yentes está expresada con claridad, sin embargo, por lo que se refiere a la oblación, se presta, y de hecho se ha prestado, a numerosas dis­ cusiones. Esta «epíclesis» o invocación la volveremos a encontrar más adelante y por ello nos remitimos a la anáfora del Testamento del Señor. 8. Doxología «A fin de que te alabemos y glorifiquemos por tu Hijo Jesucristo, por quien se da a ti la gloria y el honor por el Espíritu Santo en la santa Iglesia ahora y siempre y por los siglos de los siglos. A mén ». La doxología proyecta nueva luz sobre la acción del Espíritu Santo en la Iglesia. No importa que dom Botte haya sembrado la duda sobre toda la parte final, en que se menciona al Espíritu Santo, como si fuera una añadidura posterior para completar el esquema trinitario de la eucaristía. Lo que es cierto es que Hipólito, no una, sino varias veces, utiliza en la Tradición Apostólica esta fórmula doxológica y no se comprende por qué no había de usarla aquí. Después de la ordenación del sacer­ dote, todavía en el contexto de la celebración eucarística, dice taxa­ tivamente: «En toda bendición, dígase: Gloria a ti, Padre e Hijo con el Espíritu Santo en la santa Iglesia. Amén» 63. Volveremos a encontrarnos con el tema trinitario y sobre la acción del Espíritu Santo. Por ahora, y por lo que hace a las dos anáforas antiguas que vamos a estudiar en relación con la de Hipólito, basta advertir que esta mención del «Espíritu Santo en la santa Iglesia» es privativa de la anáfora de Hipólito. Las otras suprimen la expre­ sión «en la santa Iglesia». En Hipólito el Espíritu Santo tiene una relación directa con la Iglesia y con la eucaristía. 63. La Tr. Apt., 6. Cf. la nota de dom Botte sobre la doxología (p. 19, a completar con la nota 2 al n. 3 de su edición de SC 11, París 1968, p. 47).