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EL IV SEMINARIO DE H. DE LA FILOSOFIA E. 69 Pietro Prini, por su parte, tenía como título de su ponencia La filosofía española en Italia. Tras una primera afirmación, rotunda, negando la presencia de la filosofía española en Italia fuera de Suárez o de la escuela salmantina, su exposición marchó por otros derroteros completamente ajenos a lo que era el tema de su ponencia. Se limitó a hacer una confrontación entre las ideas de Maquiavelo y Baltasar Gracián, personajes en los que aparece una concepción dispar del mun­ do: regida en el caso de Baltasar Gracián por el providencialismo y, en el caso de Maquiavelo, por el azar y la «virtü». Puntos concretos de la filosofía española fueron presentados por Miguel Cruz Hernández en Significado y proyección del pensamiento de Xavier Zubiri. Esta ponencia careció de una seria vertebración lógi­ ca, aunque, desde otro punto de vista, quedaran patentes el amor y la estima que Cruz Hernández siente por Zubiri. Y no se trata de que el ponente desconozca la filosofía de X . Zubiri, con el que ha estado unido íntima y personalmente. Viniendo al contenido de las palabras de M. Cruz Hernández, quedaron reflejadas en ellas hasta seis etapas diferentes de la vida y de la evolución del pensamiento zubiriano, sirviéndose para la determinación de tales etapas bien de la publicación de algunas obras (Naturaleza, Historia, Dios; Sobre la esencia, etc.), bien de acontecimientos biográficos (catedrático, cursos privados de fi­ losofía, guerra civil, etc.). En cuanto al significado de la filosofía de Zubiri, hizo una enumeración de aquellas características que estimó más importantes y que pueden verse expuestas en publicaciones sobre Zubiri: filosofía dialéctica, remisión a la realidad, concepto de forma­ lidad, primado de la inteligencia sobre el razonamiento... En cuanto a la proyección de su pensamiento, recordó las circunstancias concretas españolas o europeas que han dificultado una difusión de la filosofía zubiriana: guerra civil española y guerra mundial, difusión del existen- cialismo. Quizá uno de los aspectos más interesantes de la exposición de M. Cruz Hernández fue la familiaridad, la facilidad con que fueron entreverándose tanto en su exposición como en el diálogo posterior una serie de recuerdos personales con la exposición o alusión de la filosofía de Zubiri. Tales referencias, probablemente, sólo encuentran oportunidad y ocasión en climas de confianza como el que se estableció aquel día en el Seminario. El día 26 , por la mañana, registró el Seminario de Historia de la Filosofía Española la mayor audiencia de todos los días. Creemos que contribuyó a ello la presencia de dos ponentes suficientemente conoci-