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EL IV SEMINARIO DE H. DE LA FILOSOFIA E. 65 curanda domus salute, propuso la reconversión de la conquista en paci­ ficación y sentó las bases para un pensamiento iberoamericano basado en la experiencia y no en la utopía. Uno de los puntos en que más insistió L. Pereña fue en el carác­ ter pragmático de la filosofía que se hizo en el Nuevo Mundo, prag­ matismo que no estuvo reñido con un entronque en los principios filosóficos políticos establecidos por la Escuela de Salamanca. Tal prag­ matismo aflora también en otras muchas dimensiones de la literatura creada en América: descripciones geográficas y antropológicas que hacen los misioneros, relatos de viajes, etc. El autor, quizá inconscientemente, empleó, en más de una ocasión, términos que recordaban conceptos de la «teología de la liberación» en lugar de ser términos y conceptos filosóficos de la época colonial. Y esta orientación arrastró también a más de uno de los oyentes a situar el diálogo posterior a la ponencia en un ambiente un tanto lejano del punto central de la exposición. El resto de las intervenciones que trataron de la filosofía española y América en tiempos de la colonia y la emancipación ya no tuvieron como finalidad ofrecer los planteamientos generales sino que desarro­ llaron puntos más concretos y limitados. Así Agueda María Rodríguez Cruz habló de La enseñanza de la filosofía en Hispanoamérica durante la época colonial, siendo completadas sus indicaciones por Ana María Carabias Torres, que disertó sobre Evolución del concepto de Facultad de Artes en España (siglos X I I I al XV I I ) . En ambos casos quedó patente la condición de historiadores de ambas ponentes, siendo menos tratadas y desarrolladas las vertientes filosóficas. Se mencionaron, es cierto, las principales corrientes filosóficas del momento, pero teniendo en cuenta las fuentes «institucionales» de la Universidad: constitucio­ nes, disposiciones reales o pontificias, etc. Con sus eruditas referencias — aunque no lo dijeran expresamente— pusieron en claro la divergen­ cia existente entre la enseñanza oficial con sus preocupaciones escolás­ ticas y la vivencia de otros principios filosóficos aplicados por misione­ ros, escritores religiosos, etc., en sus informes, historias..., que mani­ fiestan el cambio real producido en la filosofía política nacida de la escolástica española renovada. Vicente Muñoz Delgado tuvo como tema de su ponencia Los mer - cedarios y la filosofía en el período hispano de América. Sus palabras fueron más promesa que exposición concreta de cuanto había descu­ bierto en su investigación. Esta se redujo (según sus propias palabras)

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