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50 ARRATE URANGA MENDIZABAL Y, en un segundo momento, indicaré los puntos de coincidencia con el pensamiento de F. Mauthner. Así, se hará patente cómo ambos pen­ sadores llegan a solventar los límites del conocimiento desde los límites del lenguaje. 1. Realidad, conocimiento y lenguaje en el Tractatus El objetivo que persigue en el Tractatus L. Wittgenstein, según lo indicado, lo enuncia él mismo en la introducción de su obra. Se trata de «trazar unos límites al pensamiento, o mejor, no al pensa­ miento, sino a la expresión de los pensamientos»6. Este límite, por tanto, sólo puede ser trazado en el lenguaje y todo cuanto quede al otro lado del límite de éste será simplemente un sinsentido. El Trac­ tatus podría ser dividido en tres partes: la parte ontològica, constituida por las proposiciones 1 y 2; la parte lógica, formada por las proposi­ ciones 3 a 6 y, por último, la parte lingüística, que reseña en el final del libro. Así, pues, se habla del lenguaje, de la lógica y de la reali­ dad. No son temas separados. Los tres están interrelacionados tanto en su exposición como en su contenido dentro de una relación iso- mórfica. Las proposiciones 1 y 2 nos descubrirán el mundo. El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas. El mundo está dividido en hechos y el hecho es la existencia de los hechos atómicos (prop. 2). Según esto, tenemos ya tres afirmaciones fundamentales: hecho, hecho atómico y cosa u objeto. Todo lo que acaece, todo lo que sucede, es lo que compone el mun­ do. Y lo que acaece son los hechos. Los hechos determinan el mismo mundo, porque ellos lo constituyen. Ahora bien, la existencia de los diferentes hechos atómicos denuncia su posibilidad. Si un hecho existe es por la combinación de los objetos (entidades, cosas). Y, si una cosa existe, es porque entra constitutivamente en la combinación, en la con­ figuración del hecho atómico. La lógica trata de las muchas posibilidades de configuración que tienen los hechos. La posibilidad de un hecho atómico viene ya dada por la misma cosa, porque está predeterminada, prejuzgada ya en la cosa misma. La posibilidad de estar dentro de un hecho atómico u otro reside en la misma cosa. Si esto no ocurriera así, cabría hablar de 6. L. W it t g e n st e in , Tractatus Logico-Philosophicus, 29.

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