PS_NyG_1985v032n001p0029_0043

36 CARLOS BAZARRA «Podemos poner un ejemplo de lo que decimos remitiéndonos al campo de lo religioso en América Latina. La teología latinoamericana ha insistido mucho en el tema del pueblo y del pobre. En el abordaje de esta temática se han alcanzado sustanciales avances conceptuales. El sistema capitalista, por su parte, conceptualmente no ha avanzado mu­ cho más de la interpretación que encontramos del concepto de sobe­ ranía popular en el pensamiento liberal de la Revolución Francesa y sus ideólogos. Sin embargo, en la práctica el sistema ha hecho históri­ camente grandes esfuerzos por controlar las expresiones del pueblo. Así, mientras la temática pueblo y pueblo pobre son referentes fre­ cuentes en nuestro quehacer teológico, el sistema con su apoyo al mo­ vimiento carismàtico nos enfrenta a una de las campañanas más agre­ sivas conocidas en el campo de la fe por atraer al pueblo. Y debemos confesar que en parte lo logra; las congregaciones de esos grupos pro- selitistas está integrada por muchos de nuestros pobres. En la prác­ tica están demostrando, al menos en apariencia, una eficacia mayor que la nuestra, a pesar de sus flaquezas conceptuales» 20. a) De «Ojlos» a « Laós» Una fórmula equivalente a evangelizar al pueblo, podría ser la si­ guiente: hacer que «Ojlos» llegue a ser «Laós», que la masa sin voz ni voto llegue a ser persona con capacidad de hacerse oír, o que el pobre deje de ser pobre. «Ser Iglesia implica un movimiento por el cual una plebe se convierte en comunidad, que empieza a ser agente de una nueva praxis. Esto supone que es llamado, que adquiere con­ ciencia de este hecho y que sale en un éxodo real» 21. Así lo expresaba Pablo VI cuando decía que «evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la hu­ manidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad»22. Más adelante añade: «La evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y la vida con­ creta, personal y social, del hombre... sobre los derechos y deberes de 21. H. G roenen , En la Iglesia, ¿quién es el pueblo?, en Selecciones de Teología 1981, 64. 22. Evangelii Nuntiandi (= EN), 18.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz