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38 CARLOS BAZARRA El pueblo, en cuanto gente pobre, es el destinatario de la evange- lización. El diagrama es sencillamente el siguiente: Evangelio Reino de Dios Pueblo pobre Liberación integral. La buena noticia es la cercanía del Renio de Dios para los pobres, a los que se les anuncia que van a salir de su pobreza: «Hagan entrar a los pobres y lisiados, ciegos y cojos» (Le 14, 21). Hay un nexo intrínseco entre Reino de Dios y pobres. Solamente para ellos es «buena noticia» la liberación integral. En cambio la liberación integral para los ricos, significa despojarse de sus riquezas: «No pueden servir a Dios y al Dinero» (Le 16, 13). «E s más fácil que un camello entre por el ojo de la aguja que el que un rico entre en el Reino de Dios» (Le 18, 25). « \Ay de ustedes los ricos, porque ya han recibido su consuelo\ » (Le 6, 24). Estas palabras, que no podemos eliminar del anuncio cristiano, no son una buena noticia para los que aman las riquezas. Este anuncio para ellos no es «evangelio». Solamente despojándose, empobrecién dose, compartiendo y solidarizándose con los pobres, se puede captar la buena noticia. La Palabra de Dios se dirige a los pobres diciéndoles que van a dejar de ser pobres, y a los ricos diciéndoles que tienen que dejar de ser ricos. Afirmar que el Evangelio es también para los ricos es un absurdo. Para ellos sólo puede ser buena noticia decirles que pueden conservar sus riquezas, o que pueden aumentarlas, una subida en la bolsa de valores. De hecho es lo que suele pasar cuando uno se mueve en ciertos ambientes aristocráticos, de poder o de in fluencia: se tergiversa el evangelio, se dice que Jesús sólo habló de desapego afectivo, el Reino de Dios es sólo espiritual... Este es un reduccionismo frecuente y peligroso, bastante difundido en ciertos am bientes clericales... La liberación integral sólo puede sonar como buena noticia para el pueblo pobre. Por consiguiente la evangelización, por su mismo con cepto, tiene como destinatario al pueblo pobre. No para que continúe en su pobreza (sería la tradicional predicación de la paciencia y resig nación de la que tanto se ha abusado) sino para que logre su liberación integral. Esto es lo que queremos decir al afirmar que evangelización es pasar de «Ojlos» a «Laós». Notemos que evangelización no es sólo anuncio, sino también realización. «Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de ustedes les dice: Vayan en paz, calién tense y hártense; pero no le dan lo necesario para el cuerpo, ¿de qué
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