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LAS FORMAS FUNDAMENTALES DEL AMOR 11 1. P u n t o d e p a r t id a d e l am or p e r s o n a l : EL AMOR A S Í MISMO Respecto del amor personal reparé de entrada que era necesario salir en defensa del amor a sí mismo, del amor a la propia persona, es decir, reivindicar al calumniado amor propio. Si el Evangelio exige amar al prójimo como a sí mismo, como ya lo pedía la Ley de Moi­ sés n, esto indica que el amor a sí mismo es el punto de partida de todo legítimo amor. Por consiguiente también lo debe ser del estudio sobre el mismo. Es esto lo que he iniciado en este invierno en las horas que mis lecciones me han dejado libres. Divido el tema del amor a sí mismo en cinco apartados. En el primero salgo en defensa de este amor contra los múltiples reproches de que es objeto, reproches bien merecidos cuando se rebaja a ser mero egoísmo. La mejor apología de este amor la he hallado en la Etica de Aristóteles, al hacer el análisis de la philautia, nombre que toma el amor prppio en griego. Dedica a estudiarla el capítulo 8 del libro IX. Para el vulgo, razona Aristóteles, la philautia, el amor a sí mismo es ir en pos de las riquezas, placeres y honores. Frente a estas apetencias que tanto han deshonrado al noble amor de sí mismo, Aristóteles pro­ clama que este amor, cuando es recto, busca los bienes espirituales. Ante este amor, Aristóteles sentencia: «Es necesario que el hombre bueno se ame a sí mismo, pues, al amarse, ama los bienes superio­ res y con ello se beneficia a sí mismo y a los demás» 12. Dos notas parecen primarias en este amor a sí mismo que expongo en el segundo apartado: La primera es la afirmación del propio ser frente a la nada. Aquí, en Salamanca, M. de Unamuno ha sentido este tema como un continuo escozor de su vida: ser, serse, ser más, serlo todo, ser siempre iy. Esto pide, en primer lugar, este amor. Pero a la vuelta de la esquina nos topamos con que el suicidio parece negar esta 11. Mt 22, 39; Me 12, 33; Rom 13, 9. Estos textos neo-testamentarios tie­ nen presente el precepto del Lev 19, 18. 12. A ristóteles , Etica a Nic., IX , 8, 1168 a 28-1169 b 2. El te x to cit. en 1169-11-12. 13. Como tema, Unamuno lo desarrolla sobre todo en Del sentimiento trágico, cap. II: O. C., t. VII, 120 ss. El tema viene constantemente a su pluma, y más aún en su poética. Dos versos de su poema, La Cruz, resumen esta su vivida problemática: «E l hambre de ser siempre y serlo todo / bro­ ta de ti, dolor hecho madera» (O. C., t. VI, 859).

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