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506 CHARLES GALTIER va a la industria del santón, cuya difusión, facilitada por el aflujo turístico a la Provenza soleada, no hace más que crecer. Pero si hoy son numerosos los santoneros profesionales, la fabricación de los santones sigue siendo artesanal. El santonero, maestro en su oficio, lo es también de su arte puesto que está en sus manos el crear las figuras a su gusto y en la medida de su talento. El es quien modela y esculpe en la arcilla el san tón que será reproducido inmediatamente por vaciado. Perfecciona la forma con sus dedos de tal manera que, aunque todos tengan un cierto aspecto fami liar, los santones guardarán siempre la huella del modelador. Se distinguirán siempre los que han salido de las manos de Neveu, de Jouve o de Canut, de los que vienen de Graille, o de Devouassoux, se reconocerá un Fouque, un Pa gano, un Carbonel, un Truffier y no se podrá confundir una figura imaginada por Elisabeth Ferriol o Lise Berger con otra modelada por Peirano, por Fayet o por Filippi... o concebida por Peyron en el Taller de Arte y del Príncipe Ne gro en Baux-de-Provence. Sin embargo, el procedimiento de fabricación es el mismo para todos, poco más o menos, y parecido al que conocía l’Agnel. La arcilla gris o roja, se redu ce a polvo, cribada cuidadosamente, lavada, mojada y batida, para obtener una pasta sin grumos y de consistencia. El santonero, después de haber modelado con esta pasta la figura que quiere crear, la deja secar, luego cogerá una mues tra vaciándola dos veces del veso a fin de obtener un molde en dos partes. Este primer molde, fechado y firmado es cuidadosamente conservado; pero se to mará un segundo molde que será utilizado para la reproducción del santón y su multiplicación en serie que se obtiene presionando fuertemente la arcilla entre las dos partes del molde. A la salida del molde, los santones son desbarbados v puestos a secar a la sombra para evitar que se agrieten. Entonces se pueden pintar estos santones de arcilla cruda, lo que hacían los primeros santoneros y lo que a veces se hace hoy. Se pueden reconocer estas figuras por el aspecto de los colores que al pe netrar en la pasta se difuminan un poco.Para hacer a estos santones menos rompibles se procede a cocerlos v una vezque han salido del horno, antigua mente de leña, hoy eléctricos, se les pinta después de una primera impresión frecuentemente al temple. El santonero procede, él mismo, a la elección de los colores y a su mezcla, efectuando varias pruebas antes de obtener el colorido deseado. Sólo entonces puede confiar a la mano de obra, familiar o asalariada, el cuidado de pintar y decorar las figuras en serie, operación uue se efectúa con pistola o pincel. Más tarde a algunossantones se les dota de elementos accesorios, sombrero, cesto, haz de leña, romana, bastón que no han podido ser obtenidos en un va ciado único. Por su sencillez, incluso, este procedimiento de fabricación, lleva consigo algunas contradicciones de las que se desprende justamente el estilo tan particu-
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