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LOS SANTONES DE PROVENZA 503 El tema de estos nacimientos son estatuillas de madera esculpida y dorada. En el siglo XVIII estas estatuillas están vestidas con trajes de diversas telas, teniendo la cara y las manos pintadas. Aparecen también figurillas-modelos, modeladas con una armadura de hierro acolchado, que se visten con tela y cuya cabeza, manos y pies están modelados en cera; manos y pies podían ser hechos también con madera y cartón. Otras técnicas, tomadas igualmente en Italia, se desarrollan utilizando car­ tón y papel endurecido, cola... materiales que pueden ser moldeados o estam­ pados. Estas estatuillas eran rápidamente vestidas como lo serán, después, las obtenidas por vaciado de yeso con gelatina, las que han sido sustituidas y que encontramos hoy en los nacimientos de la Iglesia conjuntamente con los san­ tones de arcilla de gran tamaño pintados. Navidades sencillas en su origen, con algunos pastores arrodillados delante de la gruta o del santo establo, estos nacimientos vieron el siglo XIX multipli­ car sus personajes y afirmar una identidad provenzal en su temática, carácter específico ya sensible en algunos casos desde el siglo XVIII. Desde finales del siglo XVIII Provenza conoció los nacimientos públicos, nacimientos-exposición que despiertan pronto un vivo interés, llevado hasta mecanizar nacimientos po­ niendo en movimiento personajes articulados. El éxito de estos nacimientos se incrementa al acompañar con cantos y pa­ labras el movimiento de las estatuillas. José-Dominique Laurent parece ser el creador en Marsella de estos nacimientos-parlantes al presentar en 1775 el pri­ mer espectáculo de tal Navidad, poniendo en escena personajes que encontra­ remos en las pastorales y en los nacimientos familiares, tales como el molinero, el deshollinador, el ciego, el gitano. Pero más que con estos nacimientos parlantes cuyo escenario, cambiando al gusto de los autores y con el curso de los años, siempre burlesco y de du­ doso gusto, es con los villancicos de Nicolás Saboly (1615-1675) cuando el na­ cimiento familiar provenzal ha encontrado su esencia. Estas Navidades provenzales, que todavía hoy canta toda Provenza, son tan populares, que nada, antes de Saboly, lo dejaba entrever. El punto de par­ tida se encuentra, sin duda, en el movimiento de la contra-reforma y la acción de los jesuítas, de los que Saboly fue alumno, quien alentó a la Iglesia a rea­ vivar el fervor religioso en los medios populares. Para ello hay que hablar al pueblo en su lengua y hablarle de él. En los villancicos de Saboly el pueblo provenzal se reconoce. La Navidad ya no es un misterio lejano, sino un epi­ sodio familiar que le concierne y en el que toma parte, con sus costumbres, sus gestos cotidianos, sus emociones, sus formas de pensar y de decir. La Na­ vidad está actualizada y localizada. Cuando en 1844 Antonio Maurel (1815-1897) escribe la Pastoral o el mis­ terio del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, ya no es en los ’misterios’, de la Edad Media, sino en estas ’Navidades’ donde se encontrará el modelo,

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