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LA COFRADIA DEL CARMEN DE SEPULVEDA 399 otros estaba hecha con un gran cuidado, mediante un cosido que llamó su atención por no haberlo encontrado nunca en legajo alguno, a punto de pelota (así llamado por ser su sistema idéntico al que se empleaba para confeccionar las pelotas usadas en los frontones y forradas con piel de gato), siendo también notable el cuidado que se tuvo en no estropear las márgenes del lomo; muy curioso el enlomado del pro­ tocolo, habiéndose valido para él de restos de camisa que, a juzgar por su colocación, procedían de la parte de la falda y correspondían a dobladillos de varios anchos; a título de pegamento, como profanos en los menesteres en cuestión, los anónimos encuadernadores se sirvie­ ron de harina de trigo candeal disuelta en agua, lo que ha constituido un gran pasto para insectos y parásitos; y en cuanto al hilo, se le ha encontrado de diferentes clases, a saber, lino crudo, lino cocido, cáña­ mo e incluso hilo de atar chorizos, si bien predominando el cáñamo cocido y recocido. Dando el cosido, a pesar de la gran cantidad de cuadernillos enumerados y de distintas épocas todos ellos, la sensa­ ción de ser algo único y continuo, semejante a un panal de miel; y afectando el enlomado descrito incluso a las cabezadas o capiteles de la parte de cabeza y pie del libro» 12. La fundación y las ordenanzas Aunque hemos escrito que las actas de esta cofradía se conservan desde su momento inicial que ahora va a ocuparnos hasta la actualidad, no nos ha llegado el documento fundacional ni siquiera la fecha exacta del evento, y la falta de foliación de los libros, unida a la circunstan­ cia de que tanto en los de ésta como en los del resto de las cofradías sepulvedanas las hojas de respeto fueron aprovechadas posteriormente para anotaciones del servicio, concretamente las certificaciones del cum- 12. Por esa diversidad cronológica en la composición material de los libros es posible apreciar las abismáticas diferencias a lo largo del período cubierto experimentadas por la elaboración del papel. El LCA1 originario está fabri­ cado a mano, llevando los corondeles y puntizones de su verjura y su marca de agua o filigrana, lo que también ocurre con los cuadernillos del LCA2 hasta 1844. En tanto que en los aditamentos se pasa, además del nuevo punto de par­ tida de la mecanización, de la pasta de trapo a la celulosa de la madera; cfr. O. V a ll s y S ubirá , L a historia del papel en España. III. Siglos XVII-XIX, Ma­ drid 1982. Un texto literario alusivo a nuestro manejo de la documentación im­ plicada, Meditación salmanticense de unos archivos confraternales, en nuestras Palabras en la tierra nativa, Sepúlveda, Santa Escolástica 1980, 27-31.