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440 ANTONIO LINAGE CONDE el canto de iglesia que, sin hacer tabla rasa de la herencia barroca 142, insertó en ella un elemento romántico a la vez que la liberaba de adi tamentos profanos, y que tuvo en Lorenzo Perosi, de quien quizás sería aquella misa cantada en nuestra fiesta del Carmen, su más repre sentativo y conocido depositario 143. Mas volvamos todavía a los días del ochocientos. En 1863, los Padres Claretianos, de tan reciente fundación 144, daban una gran mi sión en Sepúlveda, dirigida por Domingo Fábregas, a quien acompaña ban sus cohermanos Francisco Crusats —por cierto el único hombre de iglesia que moriría asesinado en España durante la revolución de 1868— , Donato Berenguer y José Casanova. Y al congratularse de su éxito apostólico, entre los detalles que Fábregas contaba en carta al Superior General José X ifré145 le incluye: «Y se han animado las cofradías» 146. 142. Que impregnaba las mentalidades devotas de la época todas. Desde la cronística sacra («in tutto lo splendore del rito cardinalizio», por ejemplo) has ta la expresión popular («•—Y si la gente supiá istinguí, misas cantás con tres padres te habrían é decir los sabaos como a la Virgen de Gracia»: J. F. M uñoz y Pabón, Javier Miranda, Sevilla 1904, 11). De ahí la naturalidad de la afilia ción romana de muchas hermandades, como fue el caso de la misma sepulve- dana de Plagas con la del Oratorio del Santísimo Crucifijo; sobre tal vincula ción, véase C. T o r res G utiérrez , Un pergamino romano en la Escuela salman ticense de Artes y Oficios, en El Adelanto de Salamanca, 8 de marzo de 1980; y el acta notarial del 29 del mismo mes, núm. 2504 del protocolo en esa ciudad de don Ignacio Sáenz de Santamaría Tinturé, a instancia de don Damián Villar González y otros. 143. Su popularidad, que alcanzó a la propia Sepúlveda, se explica por otra parte incluso musicológicamente hablando. José L ópez C alo nos dice de él que «creó un estilo enteramente personal; fue un melodista genial; de melodía sen cilla, piadosa, solemne, enteramente diatónica» (en la Encyclopédie des musí - ques sacrées, dirigida por J. Porte, III, París 1970, 267). Notemos que Perosi estuvo en Montecasino y luego en Ratisbona, donde dominaba la escuela de Ha bed; que en 1880, ocho años después de su nacimiento, se había fundado en Milán la Asociación italiana de Santa Cecilia, emprestando incluso el nombre a la homónima alemana, los cecilianistas; que de 1896 a 1898 fue maestro de capilla de San Marcos de Venecia; y desde entonces hasta su muerte en 1956 director de la Capilla Sixtina en Roma. 144. San Antonio María Claret los había fundado en Vich el año 1849. En 1861, Segovia fue su primera casa fuera de Cataluña, establecida a instancias del obispo fray Rodrigo Echevarría y Briones y su secretario Ildefonso Infante, benedictinos ambos (recordemos la nota 4). 145. Publicada en la Revista Católica 54 (1864) 26 (apud C. F ernández , C.M.F., La Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Noticia e historia general documentada de sus primeros sesenta y tres años de existencia. 1849+1912, Madrid 1967, 336-7). 146. Crusats añade algún dato más, con la misma complacencia, en otra
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