PS_NyG_1984v031n003p0395_0474
LA COFRADIA DEL CARMEN DE SEPULVEDA 439 otra a solo de tiple o tenor con piano u órgano obligado de Revenios, pasando por una «elevación muy fácil para órgano» de Cosme José de Benito y el motete al Santísimo Bone pastor, pañis vere de Bórdese. Ambito sagrado llano o polifónico y henchido de dignidad latina que a veces no sentía escrúpulos de enredarse con las levedades a flor de calle de unos esparcimientos profanos a cual más meridionales, tal en la Marcha para procesión sobre motivos de «E l secreto de una dama» de Barbieri. O sea, el dicho canto llano, alguna polifonía al uso y cier tas evasiones instrumentales que la disciplina eclesiástica renovada des pués en la materia no estimaría muy propias de los templos. Como que uno se siente tentado de preguntarse si no sería pianista y no organista el «maestro» de 1838. Pero es curioso y gratificante cómo, donde menos lo podíamos esperar, en este escondido y elemental archivo confraternal, nos encon tramos con todo un síntoma del cambio de la música sagrada durante un período bien significativo de su historia y de la historia tout court. Precisamente más sintomático cuanto más recoleto el marco, según venimos insistiendo. Y es que poco más de un siglo después, en 1933, se consigna una data 140 a título de «obsequio a las señoritas por oficiar ( sic) la misa». Con lo cual, dentro de su laconismo y el de la partida del siglo anterior, la mutación nos salta a la vista. Pues entre ambas nos ilustran lo bastante de la irrupción de ese dolce stil nuovo 141 en 140. 3’20 pesetas; al año siguiente, 1940, asciende a 6. Y ya no se vuelve a mencionar. 141. La restauración del canto gregoriano fue la otra novedad del período. Pero la incompatibilidad de aquél con las mentalidades posteriores no se pre sentó tan radical y desde los mismos fundamentos y orígenes, lo cual explica haya seguido estudiándose después y resulte dicha resurrección más conocida. A pesar de la mucha mayor popularidad de ese el otro ámbito estilnovístico. Pues hay que reconocer que el tal gregoriano redivivo, monástico sobre todo, fue más que nada eclesiástico en su difusión (cfr. H. A ngles , 11 canto gregoria no e Vopera dell'abate dom G. M. Suñol, en Scripta Musicologica, cura et studio Iosephi López Calo, Roma 1975, I, 89-102). Y a propósito de los monasterios, notemos que también, en y desde ellos, al lado de la dimensión gregorianista, se cultivó y propagó la otra coetánea. Así, por ejemplo, los italianos de Santa María de Praglia, en contacto con los maestros venecianos de la polifonía Bo- tazzo, Ravanello y Grassi; y San Giorgio il Maggiore, de la propia Venecia; apud la obra colectiva Congregazione Sublacense O.S.B. Provincia Italiana: I monasteri italiani della Congregazione Sublacense. (1843-1972). Saggi storici nel primo centenario della Congregazione, Parma 1972, 202-5 y 237 (colabora ciones de C. Carpanese y F. Mostardi).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz