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LA COFRADIA DEL CARMEN DE SEPULVEDA 397 Por otra parte, desde un principio se trató de una institución ri­ gurosamente religiosa y que en ningún caso se ocupó ni siquiera me­ diatamente de cualquier problema de menestralía 5. Las fuentes Son casi todas manuscritas. Al igual de las otras citadas herman­ dades sepulvedanas el Carmen no había sido historiado antes de nues­ tros estudios, de los cuales está todavía inédito el integral6 que abar­ ca todos los aspectos de las mismas y desde la fundación hasta la actualidad, en lo posible. Los libros de que consta el archivo del Carmen son tres, a saber: — Libro de Actas de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen . 1791-1968 = LCA1. 4. Sin embargo, en un acuerdo conjunto tomado por el Corpus, Duruelo y Plagas el 29 de mayo de 1859 se califican las tales a sí mismas de «tres co­ fradías que son las únicas autorizadas por la ley, pues aun cuando existen otras en esta villa son gremiales y sin autorización alguna superior». L a de las Ani­ mas hacía poco que había sido absorbida por el Corpus. L o de gremiales, in­ sistimos, en cuanto al Carmen parece ya era en esa fecha un mero recuerdo (para San Marcos más bien habría podido invocarse el calendado argumento territorial, su dicha radicación geográfica en el arrabal mencionado). Y lo de carentes de autorización parece no tenía fundamento alguno, ni civil ni canó­ nico. Véase A. L inage C onde , En torno a unas visitas1 del obispo de Segovia, fray Rodrigo Echevarría y Briones, a las cofradías de Sepúlveda (1859), en Ber- ceo, 1980, n. 99, 3-29 (el texto del acuerdo citado es el doc. 3 del apéndice). 5. No perdamos de vista la sinonimia que a veces se da entre cofradía y gremio secular sin más; la atribución a las cofradías religiosas gremiales de funciones seculares propias de los gremios mismos; y la consiguiente obligato­ riedad de la pertenencia de todos los agremiados a las cofradías en cuestión. Nada de esto ocurrió en el Carmen de Sepúlveda. Cfr. A. C ollantes de T erán S á nch ez , La formación de los gremios se v illa n o sA propósito de unos docu­ mentos sobre tejedores, pp. 89-104 de En la España medieval. Estudios dedica­ dos al profesor don Julio González González, Madrid 1980. 6. Hemos publicado ya, además del artículo citado en la nota 4, Las visitas diocesanas a las cofradías de Sepúlveda, Segovia (1624-1859), en Escritos del Vedat, 10 (= Miscelánea de estudios históricos en honor del R. P. José-Maria de Garganta y Fábrega, O.P. ), 315-96. Unas «alforjas para echar flores al paso del Santísimo, de un telar de Sepúlveda» (siglo XIX)» están catalogadas en M. G rau , La antigua industria segoviana. X exposición de arte antiguo, en Es­ tudios Segovianos 10 (1958) 475-86 (núm. 6 de «paños y otros tejidos»). Luego aludiremos a un texto sobre la misión claretiana de 1863. Las cofradías es tam­ bién nuestra aportación a la obra colectiva «Sepúlveda, el Duratón y Pedraza» («Guías raras y completas de territorios y habitantes de España», 3; Secretaría General de Turismo, Madrid, 1984), pp. 157-63.

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