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LA COFRADIA DEL CARMEN DE SEPULVEDA 405 96 en 1931, 91 en 1932, 87 en 1933, 86 en 1934, 97 en 1935, 100 en 1936, 89 en 1937, 104 en 1938, 106 en 1939, 116 en 1940. Y crecimiento desde entonces hasta 1968, como ya dijimos, con sólo un bajón en 1953, a 142. ¿Qué quieren decir estas cifras? ¿Podemos pensar en una reacción de alivio manifestada en esa primera mayor afiliación de 1815, tras la liberación definitiva de lo que en el país todavía se sigue recordando como «la francesada»? No nos atrevemos a sostenerlo, y en todo caso tampoco el aumento en cuestión es demasiado, si bien hay que tener en cuenta el ahogo nu­ mérico arrastrado por la limitación gremial, entonces todavía en pleno vigor. Pero sí conviene tomar nota de la hipótesis para otras alterna­ tivas posteriores ya más claramente debidas a la repercusión, en esta intrahistoria cotidiana y recoleta, de esa otra la gran historia, cuyos fastos, dicho sea de paso, los libros confraternales no reflejan explí­ citamente para nada. El bajón de 1855 a 1856 se debe a la epidemia de cólera21. Pero no es ésta en sí su explicación bastante —hubo 20 hermanos muertos en aquel interregno, frente a 6 en cada uno de los dos que respecti­ vamente le preceden y siguen— si tenemos en cuenta que de las otras cofradías de la villa para las cuales nos constan los datos equivalentes, Plagas aumentó de 204 en 1854 22 a 243 en 1856; y la Transfigura­ ción se mantuvo invariable, con 120, en 1855-6, y había subido a 150 en 1860. En tanto que aquel calendado bajón del Carmen supone el inicio de una curva descendente que sólo trocó ese signo por el ascen­ sional desde 1891 23 hasta 1904. Así las cosas, a nosotros nos parece que la reacción de nuestra cofradía ante el aumento de cargas y pro­ blemas derivado de la mortandad en cuestión —no perdamos de vista en ningún momento su índole esencialmente, vitalmente si la parado­ ja se nos permite, mortuoria— pudo no estar a la altura de las cir- 21. Sobre ella, y algunas repercusiones concretas suyas en el mundo con- fraternal sepulvedano, véase la segunda parte de nuestro artículo citado en la nota 6; y E . H orcajo M onte , Historia y piadosas tradiciones de la sagrada ima­ gen de Maña Santísima que con el título de la Peña se venera en la villa de Sepúlveda y su tierra, y de su santuario, Madrid 1910, 306-11. 22. Faltan los datos de 1855. 23. Los ascendentes intermedios son despreciables: IJe 44 en 1859 a 46 en 1860; de 43 en 1861 a 46 en 1862 y 49 en 1863; de 48 en 1865 a 52 en1866; de 45 en 1872 a 50 en 1873; de 44 en 1875 a 49 en 1876; de 46 en 1877 a 49 en 1878; de 33 en 1883 a 35 en 1884; de 31 en 1888 a 32 en 1889.

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