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338 RAUL FORNET BETANCOURT En el orden nuevo de la caridad, que es el universo del bien, reina el principio heroico del sacrificio. Ser caritativo es sacrificarse. Primariamente la caridad significa la negación del egoísmo, el sacrificio del propio yo en aras de socorrer al semejante y aliviar su dolor. Como sacrificio la caridad busca el alivio del dolor ajeno. Más aun, la caridad es ya en sí misma alivio del dolor. En nuestra opinión es un induda ble acierto de Caso el haber conectado la caridad con la realidad del dolor en el sentido de interpretar el dolor que nos rodea y aflije como una realidad que nos urge el ser caritativos; es decir, que nos apremia para que nos convirtamos en seres morales. En razón de nuestra dolo- rosa existencia humana nos apremia ser caritativos. Esta visión, deci mos, es un acierto porque nos muestra que la urgencia de llevar una vida moral viene de nuestra propia condición finita y vulnerable. Por que el hombre es un ser que sufre, un ser frágil, en una palabra, un ser finito, debe ser objeto de cuidado y de amor. La constitución del hombre es un llamado a la caridad como la manera más apropiada de ser hombre y de tratar al hombre. Sólo la caridad nos garantiza que el trato del hombre no degenere en un mal-trato. Vemos, pues, que la esencia de la caridad es sacrificio. Pero lo peculiar aquí es que este sacrificio es espontáneo y libre. La caridad dista mucho de ser el resultado de la interiorización de una ley o mandato imperativo. La caridad es el amor en acto y en persona; el amor que enciende el alma y la lleva a sacrificarse libremente por el bien del otro. Es la energía interior del alma desbordándose hacia el mundo para abrazarlo y remediar sus males con su bálsamo de amor. De aquí que, para Caso, la caridad trascienda el orden legal, el orden de las imposiciones y los acatamientos. Por más allá de este orden la caridad se vive como un fuego interior que entusiasma y alegra por que es intuición del bien. Y por esta razón equipara el pensador mexi cano la existencia caritativa con la existencia buena o existencia moral. Ser caritativo es sacrificarse por el otro, es socorrer al semejante; y esto es ser bueno, ser moral. En cuanto práctica de la intuición del bien la caridad es vida moral, es decir, realización del bien. Pero ¿qué quiere decir esto concreta mente? En primer lugar, que el universo moral sólo conoce un prin cipio o ley: el amor. Y en segundo lugar, que la vida moral, por ser justamente vivencia de amor, es una creación continua. Para Caso, en efecto, la caridad se ejerce necesariamente en la forma de un acto de amor que es continua creación de sí mismo como fuente inagotable de
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