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332 RAUL FORNET BETANCOURT conquista, de acaparamiento, que caracteriza al ser viviente; expan sión y acaparamiento para el ulterior fin económico, para la realización de la propia utilidad» 11. Característico del ser viviente es, por tanto, el desarrollarse en conformidad con una finalidad que se encuentra en su propio ser o, mejor dicho, que es su propio ser. La vida es su propio fin, y por ello su finalidad es la de hacer economías para mantener su ser. Su finalidad se ve así determinada por la ley de la propia utilidad. Y precisamente en esta intrínseca finalidad ve Caso la clave que permite descifrar el enigma de la vida. Sin ese íntimo «para», sin la idea de fin, se hace la vida incomprensible, ya que con ello se la reduce a un fenómeno meramente material. Contra todo reduccionismo materialis ta afirma Caso la irreductibilidad de la vida en cuanto realidad original y específica que expresa su novedad justamente en su carácter finalís- tico. O sea que la sustancia viviente es ciertamente material, pero a la vez completamente diversa de lo material porque en ella aparece una clara causa final que la forma y la transforma. Muy interesante resulta en este contexto la hipótesis que propone Caso para interpretar la finalidad de la vida. En su opinión esa ener gía vital que se despliega en el mundo como una finalidad para sí misma, no puede ser entendida más que en el sentido de un egoísmo consciente o inconsciente. Con esta hipótesis de interpretación la rea lidad vital aparece, naturalmente, en una nueva luz. En efecto, pues desde esta perspectiva el reino de la vida se convierte en un reino de la dominación y de la tiranía, del sometimiento y del poderío. El egoísmo de cada ser viviente, es decir, el sentirse como centro del mundo, hace que el ser vivo salga de sí para afirmarse en su ser y que busque dicha afirmación por la vía del sometimiento de su mundo. Queriendo conservar su ser y sintiendo este impulso como su única ley y finalidad, el ser vivo trata de aprovecharlo todo para sí mismo e introduce en el mundo la competencia y la lucha. Así, lo auténtica mente biológico es la afirmación glorificante y autojustificadora de la vida como fin propio y único de sí misma. En este sentido se podría decir que, según Caso, el Wille zur Macht nietzscheano representaría la fórmula que mejor resume el movimiento del reino de la vida, en cuanto que esa voluntad de poderío expresa la esencia de la vida que 11. La existencia como economía, como desinterés y camo caridad, en Antología Fi losófica, México 1978, 36-37.
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