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230 E. RIVERA color franciscano. Pero en filosofía niega rotundamente «el problema bonaventuriano», tal como lo formula E. Gilson, según hemos visto. Por consiguiente, no hay influjo de San Francisco en la filosofía de San Buenaventura que, según él, estuvo siempre dentro del marco aris­ totélico, si bien con tintes neoplatonizantes 18. La honda raíz de su actitud Van Steenberghen la ha puesto al des­ cubierto en su crítica a mi estudio, inicialmente mentado, cuando es­ cribe: «He demostrado desde hace cincuenta años que el ejemplaris- mo es una doctrina teológica, no filosófica» 19. Tenemos que alegar en contra que el docto profesor lleva más de medio siglo equivocado. La historia del pensamiento atestigua que el origen del ejemplarismo es Platón. Que de los neoplatónicos lo tomó San Agustín para reto­ carlo y darle un exquisito molde cristiano. No hace falta decir por resabido que San Buenaventura lo retoma de San Agustín. Desde una consideración sistemática del problema brindamos a todo espíritu reflexivo las doctas líneas de M. Oromí que debieran leerse en la futura antología del pensamiento franciscano. Por nuestra parte de nuevo aquí las recopiamos, para gozar de su luminosidad y preci­ sión. Enfrenta este pensador la metafísica analógica de Santo Tomás con la ejemplarista de San Buenaventura y las describe en estos tér­ minos: «La posición analógica puede caracterizarse esquemáticamente con estas notas: 1) El punto de arranque, no sólo con prioridad me­ todológica, sino también con prioridad sistemática, son las cosas que percibimos en torno nuestro. 2) La respuesta al problema metafísico fundamental: ¿qué es lo que existe?, cae perpendicularmente sobre las cosas mismas y oblicuamente sobre los conceptos. 3) La metafísica, que reposa sobre estos conceptos, cree bastarse a sí misma, y esta autosuficiencia la independiza o autonomiza de toda teología; a lo sumo esta podrá influir desde afuera». «La posición ejemplarista podemos caracterizarla paralelamente con estas notas: 1) El punto de arranque, al menos con prioridad siste­ mática, son las ideas, el pensamiento. 2) La respuesta al problema metafísico fundamental: ¿qué es lo que existe?, cae perpendicularmen­ te sobre las ideas y, a lo sumo, oblicuamente sobre las cosas. 3) La metafísica que cabalga sobre aquellas ideas, exige un punto de apoyo 18. F. VAN S teen g er g h en , Die philosophie itn 13. Jahrhundert, München 1977, 190. (La trad. alemana la creemos más autorizada por la revisión que hizo de ella el autor). 19. La philosophie..., 362.

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