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LA REDACCION LUCANA DEL PADRENUESTRO 271 4.5. El perdón del Padre (11, 4a) La formulación literaria de la petición por el perdón de los pecados refleja la mano redaccional del tercer evangelista32, signo inequívoco de una especial interpretación teológica de la misma. En el contexto de la redacción lucana, en efecto, el perdón de «los pecados», suplicado al Padre, está condicionado (= « p u e s también») por el presente y reno­ vado perdón ( aphíomen ), concedido por los hijos «a todo el que les debe algo». El Jesús lucano es efectivamente, a este respecto, del todo explícito: la exhortación a «ser misericordiosos como» lo es el Padre (6, 36) es seguidamente explicitada: «Perdonad y seréis perdonados» (6, 37c), es decir: «Perdonad, para que el Padre os perdone», pues si «serán medidos ( = e l Padre los medirá) con la medida que midan» (6, 38c), sólo la medida del perdón otorgado «a cualquier deudor suyo» (11, 4a), a quienquiera les haya ofendido, puede asegurar la medida del perdón suplicado. ¿Quiénes son esos deudores? Ante todo «los hermanos», que pecan «siete veces al día» y, arrepentidos, deben otras tantas veces ser perdo­ nados (17, 3b-4) por quienes piden al Padre su perdón: «Pues tam­ bién nosotros perdonamos (ahora y reiterativamente) a todo deudor nuestro» (11, 4a). No son, sin embargo, exclusivamente aquéllos. El perdón del discípulo, en efecto, debe abarcar a «todo deudor». Inclu­ ye, por tanto y sobre todo, a los propios enemigos, a quienes les odien, maldigan y maltraten (6, 27-27; cf. 6, 22). En eso precisamente con­ siste la deuda, contraída por éstos con aquéllos: en el odio, la maldi­ ción y el maltrato (6, 27b-28), la emarginación, la injuria y la pros­ cripción «por causa del Hijo del hombre» (6, 22). Una deuda saldada no con la venganza sino con el perdón, traducido en amor, benefi­ cencia, bendición y plegaria intercesora (6, 27-28). {Como en la cruz perdonó Jesús! (cf. 23, 24). Sólo quienes así aman «serán hijos del Altísimo»: de quien «es bueno para con los ingratos y los perversos» (6, 35). Sólo quienes así previamente a «todos» perdonan, pueden jus­ tificar ante el Padre («pues también») la súplica de su perdón (11, 4a). 32. «Pantí opheíionti» (11, 4b; Cf. 1, 71; 6. 30; 19, 26 et) es «style de Lue»: M.-J. L agran ge , L u c, 324.

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