PS_NyG_1984v031n002p0251_0274

252 SANTOS SABUGAL La segunda de ellas (18, 1-14) enseña la necesidad de «orar siem­ pre sin desfallecer» (vv. 1-8)2, en la humilde verdad de quien, ante Dios, se confiesa no justo ( = e l fariseo), sino pecador ( = e l publicano) convencido (vv. 9-14): la oración cristiana —afirma el Jesús lucano— , debe ser perseverante (vv. 1-8) y humilde (vv. 9-14). Una instrucción, por lo demás, previamente inculcada en la primera catequesis sobre la oración (11, 1-13), a raíz de la cual enseña Jesús a sus discípulos (v. 1) la plegaria ( = e l Padrenuestro) con que deben dirigirse al Padre (vv. 2-4), el insistente y confiado modo de hacerlo (vv. 5-10) así como el compendio de sus peticiones (vv. 11-13). Queda delimitado así el contexto próximo del Padrenuestro: éste encabeza, como su principal sección o capítulo, la inicial catequesis de Lucas sobre la oración carac­ terísticamente cristiana. Toda esa perícopa3 está introducida por el ruego de los discípu­ los: «¡Enséñanos a orar...! (11, Ib). Esa catequesis lucana sobre la oración se dirige, por tanto, a «los discípulos» que no saben aún orar (cf. 11, 1), necesitando consecuentemente no sólo conocer la plegaria cristiana (11, 2-4), sino también ser instruidos sobre las circunstancias y modalidades de la misma: qué pedir (11, 11-13), cuándo y cómo ha­ cerlo (11, 5-10). Lucas 11, 1-13 es, por tanto, un breve pero sustancial y denso catecismo oracional para lectores helenístico-cristianos 4. Más exactamente: una catecumenal catequesis oracional, redactada por Lu­ cas, para introducir o iniciar en los secretos de la oración cristiana a quienes ignoran aún la esencia (Le 11, 2-4) y modalidades (Le 11, 5- 13) de la misma, es decir, a los catecúmenos procedentes principalmen­ te del mundo helenístico, no sin consolidar con ello, a la vez, la pre- bautismal catequesis (oracional) recibida por los ya fieles5. El Padre- 2. Para su análisis, Cf. W. O t t , o. c., 32-72; A. Hamman, o . c ., 156 s; J. C aba, o . c ., 26-62; L. M onloubou o . c ., 76-78; J. D. K a e s t li, L ’eschatologie dans l'oeuvre de Luc, Genève 1969, 35-37. 3. Para su análisis, C f. W. O t t , o . c 23-31. 71-72. 91-122; J. C aba, o . c ., 11-25; L. M onloubou, o . c ., 78-79. 86-89; L. F eld käm per, o . c ., 178-205. 4. Así con J. J erem ias , Das Vater-Unser, 10 s ( = Abba, 156 s); I d ., Teo­ logía NT, 229; G. B aumbach , Das Verständnis des Bösen in den synoptischen Evangelien, Berlin 1963, 157-158. 5. La doble obra lucana (Lc + Act) fue dedicada por su Autor al «ilustre Teófilo» (Lc 1, 3; Act 1, 1), con la finalidad de que «conozca la solidez de las enseñanzas, sobre las que fue catequizado» (Lc 1, 3). El verbo katecheo conserva en Lc 1, 4 como en Act 18, 25 el signifiado propio de pre-bautismal instrucción catequêtica (Cf. Gál 6, 6) o catequesis catecumenal, de la que ofrecen preclaros ejemplos tanto la predicación de Juan Bautista (Cf. Lc 3, 7-18) como el Kerygma de Pedro a «la casa» del pagano Cornelio (Cf. Act 10, 34-43). Ásí con H. S chür -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz