PS_NyG_1984v031n001p0113_0179

MARX Y JESUS 119 subjetivación y humanización de Dios es correlativa a la enajenación del hombre. A mayor humanización de Dios, mayor deshumanización del hombre: «Dios es, en sí y por sí, su yo alienado que se recupera de nuevo simultáneamente». Se da una sístole y una diàstole religiosas. «En la sístole religiosa se despoja el hombre de su propia esencia, se repudia y se condena a sí mismo; en la diàstole religiosa acepta nuevamente la esencia repu­ diada en su corazón» I6. «Dios es el único ser que actúa y obra por sí mismo» es el acto de fuerza de repulsión religiosa. «Dios es el ser que actúa en mí, conmigo, por mí, sobre, para mí, el principio de mi salvación, de mis buenas acciones y opiniones, principio y esen­ cia de mi propio bien» es el acto de la fuerza de atracción religiosa. El hombre afirma en Dios lo que niega en sí mismo. La afirmación de Dios conlleva la negación del hombre: «Para enriquecer a Dios debe empobrecerse el hombre, para que Dios sea todo el hombre debe ser nada... De lo que el hombre se priva, de lo que en sí mismo carece, lo goza en una medida incomparablemente más alta yjrica D ios... El hombre afirma en Dios lo que niega en sí mismo... El hombre niega en la religión su razón... niega su saber y su pensamiento... para poner en él su saber y su pensamiento» 17. La escisión entre Dios y el hombre — comienzo de toda religión— es una escisión entre el hombre y su propia esencia: «L a religión es la escisión del hombre consigo mismo; considera a Dios como un ser que le es opuesto. Dios no es lo que es el hombre, el hombre no es lo que es Dios. Dios es el ser infinito, el hombre el ser finito; Dios es perfecto, el hombre imperfecto; Dios es eterno, el hombre temporal; Dios es omnipotente, el hombre impotente; Dios es santo, el hombre pecaminoso. Dios y el hombre son extremos; Dios es lo absolutamente positivo, la suma de todas las realidades, el hombre es lo absolutamente negativo, la suma de todas las negaciones» 18. El hombre proyecta en Dios lo que él es. Porque el hombre es sentimiento, Dios es sentimiento. Porque el hombre es entendimiento, Dios es entendimiento. Dios es el pensamiento y el sentimiento del hombre objetivados: «Dios en cuanto Dios, como ser solamente pensan­ te y objetivado de la razón, no es más que la razón objetivada... Dios 16. Id., o . c .} 77. 1.7. Id., o . c ., 74. 18. I d ., o . c ., 81.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz