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116 ALFONSO GUERRERO produjera sobre él y Marx: «Esta obra pulverizó de golpe la contra­ dicción, restaurando de nuevo en el trono, sin más ambages, el mate­ rialismo... Sólo habiendo vivido la fuerza liberadora de este libro, podemos formarnos una idea de ella. El entusiasmo fue general: al punto todos nos convertimos en feuerbachianos. Con qué entusiasmo saludó Marx la nueva idea y hasta qué punto se dejó influir por ella — ¡pese a todas sus reservas críticas!— , puede verse leyendo La sa­ grada familia» 3. Feuerbach no ocultó en ningún momento la intención demoledora de su obra. El prólogo a la segunda edición describe esa intención en estos términos: «He tenido, pues, la insolencia criminal de sacar de las tinieblas del pasado el verdadero cristianismo maquillado y renegado por los pseudocristianos modernos, para conducirlo a la luz del día, no con la intención loable y razonable de mostrar el non plus ultra del espíritu y del corazón humanos, sino con la intención contraria —inten­ ción tan necia como diabólica— de reducirlo a un principio superior y más general. A consecuencia de esta insolencia criminal me he con­ vertido en la maldición de los cristianos modernos y muy especialmente de los teólogos» 4. 3. La esencia del hombre La esencia del hombre es el fundamento y objeto de la religión. Conciencia y conciencia de lo infinito son sinónimos. Una conciencia con límites no es auténtica conciencia. Le es esencial a la conciencia ser universal e infinita. «La conciencia de lo infinito sólo puede ser conciencia de la infinitud de la conciencia... en la conciencia de lo infinito, el hombre consciente tiene por objeto la infinitud de su propia esencia»5. La esencia del hombre de la cual él es consciente es la razón, la voluntad y el corazón. Conocimiento, energía del carácter y amor son la trinidad divina en el hombre. «Razón, amor y voluntad son perfec­ ciones, son facultades supremas, constituyen la esencia absoluta del hombre en cuanto hombre y el fin de su existencia» 6. 3. F. E n g e ls, o . c ., 338. 4. L. F eu erbach , La esencia del cristianismo, Salamanca 1975, 35. 5. I d ., o . c ., 52. 6. Id., o . c ., 52.

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