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146 ALFONSO GUERRERO tricotomía económica consideradas como la concatenación de las diver sas partes integrantes del valor y de la riqueza en general con sus fuen tes respectivas, se consuma la mixtificación del régimen de producción capitalista, la materialización de las relaciones sociales, el entrelazamien to directo de las relaciones materiales de producción con sus condicio nes históricas: el mundo encantado invertido y puesto de cabeza en que Monsieur le Capital y Madame la Terre aparecen como personajes sociales, a la par que llevan a cabo sus brujerías directamente, como simples cosas materiales» 101. 3. Observaciones críticas Para Marx la religión no es solamente una ideología sino la ideo logía por excelencia, la más etérea e inconsistente. La religión desapa recerá con la llegada de la revolución proletaria: «El reflejo religioso del mundo real sólo podrá desaparecer por siempre cuando las condicio nes de la vida diaria, laboriosa y activa, representen para los hombres relaciones claras y racionales entre sí y respecto a la naturaleza» 102. Marx no sólo critica la religión de un período y un lugar histórico determinados sino toda religión, incluso a aquella que pretenda dar un aporte a la liberación. No hay conciliación posible entre religión y revolución. Marx confunde indebidamente la función histórica del cristianismo con la esencia del cristianismo. Que la religión sea el opio del pueblo puede significar: o que históricamente ha sido opio o que esencialmente es opio. Marx no aplica a la religión la dialéctica universal-particular. Al hacer ésto cae en el metaficisismo que quiere criticar: «Si Marx hubiera aplicado a la religión su dialéctica entre universal y particular hubiera llegado a otro resultado: no a un veredicto definitivo sobre la esencia de la religión sino a una 'negación particular’. Una contradic ción histórica del cristianismo —y el funcionamiento ideológico del cristianismo en la sociedad burguesa es una contradicción entre la esen cia del cristianismo (mensaje de reconciliación universal) y su praxis concreta (justificación religiosa de los intereses materiales de unos pocos)— le llevaría a negar la tegitimidad religiosa de ese cristianismo. 101. Id., o . c ., III, 768. 102. Id., o . c ., I, 44.
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