PS_NyG_1984v031n001p0113_0179

MARX Y JESUS 133 hombre (Unmensch) allí donde lo que busca y debe buscar es su ver­ dadera realidad» 60. En la misma Contribución se comienza a operar el tránsito de una crítica filosófica a una crítica política de la religión con lo que se distancia de Feuerbach: «El fundamento de la crítica religiosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre. En otras palabras, la religión es la conciencia de sí mismo y el sentimiento de sí mismo del hombre que aún no se ha encontrado o que ha vuelto a perderse» 61. Hasta aquí la crítica es todavía feuerbachiana. Pero segui­ damente añade Marx su crítica a la crítica de Feuerbach: «Pero el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo. El hombre es el mundo de los hombres, el estado, la sociedad. Este estado, esta sociedad, producen la religión, una conciencia invertida del mundo, porque son un mundo invertido. La religión es la teoría general de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica con formas popu­ lares, su point d’honeur espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su solemne consumación, su razón universal de consuelo y justificación. Es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana carece de realidad verdadera. La lucha contra la religión es, por lo tanto, en forma mediata, la lucha contra el otro mundo, del cual la religión es su aroma espiritual»62. 2.2. Crítica política En carta a Ruge del 30 de noviembre de 1842 Marx precisa su giro metodológico en el tratamiento de la cuestión religiosa. Se trata de criticar a la religión en el marco de las instituciones políticas y no a la inversa: «Exijo, en fin, que se critique a la religión en el marco de las instituciones políticas y no a las instituciones políticas en el cuadro de la religión, diciendo que esto cuadra mejor con el tipo de periódico y conviene más a la formación del público, ya que la religión no tiene ningún contenido puesto que ella vino no del cielo sino de la tierra y ella se hace pedazos cuando desaparece el mundo falso del que ella es la teoría» 63. 60. I d ., o . c ., 93. 61. I d ., o . c ., 93. 62 . I d ., o . c ., 93-94. 63. J. G uichard , o . c ., 71.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz