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124 ALFONSO GUERRERO es comprender ésta en su contradicción y luego revolucionarla prácti­ camente eliminando la contradicción» 34. Marx critica la concepción genérica, solipsista y ahistórica que tiene Feuerbach del hombre: «Feuerbach diluye la esencia religiosa en la esencia humana. Pero la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones so­ ciales» 35. Una concepción individualista del hombre como la que esgrime Feuerbach imposibilita la percepción del sentimiento religioso como producto social y la dilusión del individuo en lo genérico no deja ver que el individuo analizado pertenece a una determinada forma de sociedad. Engels retoma y desarrolla la crítica de Marx. Tacha de idealista a Feuerbach por pretender perfeccionar la religión en vez de acabar con ella. Asimismo reprocha a Feuerbach el querer convertir la filosofía en Religión. Para Feuerbach lo primordial no es que las relaciones huma­ nas de amor sexual, amistad, compasión, sacrificio, etc., existan sino que adquieren su plena significación cuando aparecen consagrados con el nombre de religión: «Cuando Feuerbach se empeña en encontrar la verdadera religión a base de una interpretación sustancialmente mate­ rialista de la naturaleza, es como si se empeñase en concebir la química moderna como la verdadera alquimia. Si la religión puede existir sin su Dios, la alquimia puede prescindir también de su piedra filosofal» 36. Como Marx, Engels acusa a Feuerbach de abstractismo: «el hombre cuya imagen refleja es aquel Dios, no es tampoco un hombre real, sino que es también la quintaesencia de muchos hombres reales, el hombre abstracto, y por lo tanto, una imagen mental también. Este Feuerbach que predica en cada página el imperio de los sentidos, la sumersión en lo concreto, en la realidad, se convierte tan pronto como tiene que hablarnos de otras relaciones entre los hombres que no sean las sim­ ples relaciones sexuales, en un pensador completamente abstracto» 37. Más allá de Marx y Engels podríamos dirigir a Feuerbach dos crí­ ticas: 1) Feuerbach reduce el cristianismo histórico al cristianismo como religión o, dicho más claramente, reduce la historia social del cristianismo a la religión en general. Feuerbach categoriza la religión 34. Id., o . c ., 160. 35. Id., o . c„ 161. 36. Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, en Sobre la Religión, 349. 37. Id., o. c., 349.

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