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122 ALFONSO GUERRERO Según Feuerbach «Jehová es el yo de Israel que se objetiva como fin y señor de la naturaleza» 27. El hombre es un ser desiderativo y necesitado de sentimiento. Pero cotidianamente la satisfacción de sus deseos y de sus sentimientos choca con las contradicciones del entendimiento, los obstáculos de la expe riencia y del mundo exterior. Pero la creencia en Dios elimina todos esos obstáculos: «Dios es el amor que satisface nuestros deseos y nuestras necesidades de sentimiento... Dios es el amor, es decir, el sentimiento es el Dios del hombre; más aún, es Dios absolutamente, el ser absoluto» 28. Es en la oración en la que se percibe claramente que el senti miento es el Dios del hombre. En ella el hombre se convierte en adora dor de sí mismo, en adorador de sus sentimientos: «L a oración es la autodivisión del hombre en dos seres, un diálogo del hombre consigo mismo, con su corazón... En la oración el hombre se dirige a la omni potencia de la bondad. Esto no significa otra cosa que: en la oración el hombre adora su propio corazón considerando la esencia de su sen timiento como el ser supremo y divino» 29. De esta forma el hombre se convierte a sí mismo en Dios. Homo homini deus est: el hombre es el Dios del hombre. La fe en Dios es la fe en el hombre: «L a fe no es más que la fe en la divinidad del hombre... Si creo, pues, en un Dios, tendré un Dios, es decir, la fe en Dios es el Dios del hombre» 30. El Milagro no es sino un deseo sobrenatural realizado imaginaria mente, una fantasía desiderativa. En él el poder fascinante de la ima ginación satisface sin contradicción todos los deseos del corazón. Cristo constituye la radical diferencia entre cristianismo y paga nismo. En Cristo conocemos a Dios personalmente. El nos asegura que Dios es y es en la medida del querer y la necesidad del sentimiento del hombre. «Cristo es la omnipotencia de la subjetividad, el corazón liberado de todos los lazos y leyes de la naturaleza, el sentimiento con centrado sobre sí mismo con exclusión del mundo, el cumplimiento de los deseos del corazón, la ascensión al cielo de la imaginación, la fiesta de la resurrección del corazón»31. 27. Id., o . c.y 160. 28. I d ., o . c ., 163-164. 29. I d ., o . c ., 165-167. 30. Id., o . c ., 169. 31. I d ., o . c ., 190.
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