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82 JE SU S GARCIA funden su propio proyecto con el del centro, negando (...) el proyecto de la cultura popular» 4. Para ilustrar lo dicho podemos servirnos de los personajes de una novela de Carpentier5 que narra la labor de investigación de un inte­ lectual que busca los orígenes de la música. Su esposa, Ruth, es una mujer bonita, fina; pero muy fría y formalista (cultura imperial). En su itinerario conoce a Mouche, una francesa que se acuesta con todos para terminar sin saber quién es ella misma (cultura de las oligarquías nacionales). Por último, tiene una apasionante relación con Rosario, mujer plena, campesina, vigorosa y cálida (cultura popular), conjugación de todas las razas; es con ésta que encuentra la plenitud de su existencia. Todos conocemos a Ruth — 'enlatados’ gringos de televisión y cine, revistas de Superman y Batman... —y a Mouche— los 'mayami ta barato’ los obnubilados por los adelantos norteamericanos que, beca­ dos o no, se marchan al 'paraíso del progreso y la civilización’...— ; pero únicamente cuando seamos capaces de consagrarnos a Rosario tendremos la plenitud de nuestra vida. Entonces sabremos quiénes somos y adonde vamos: tendremos un proyecto original y auténtico. Las tres mujeres (culturas) viven en América Latina, de allí que sea necesaria y urgente la labor de discernimiento: debemos meter el bisturí a esa compleja realidad que algunos pretenden simplificar con el equívoco concepto de cultura latinoamericana. 1.3. Alienación cultural Como vimos en el punto anterior, hay en América Latina una rea­ lidad cultural compleja, en la cual el proyecto ideológico de los centros imperiales —Europa, Estados Unidos, Rusia— es introyectado por las oligarquías nacionales, fieles imitadoras de los modelos extranjeros, y por las clases oprimidas, no en cuanto pueblo, sino en cuanto domi­ nadas. La cultura imperial se difunde aplastantemente porque «tiene los medios colectivos de comunicación en sus manos (Estados Unidos ela­ bora y emite más del 80% del mensaje que se consume en América Latina por diarios, revistas, radio, cine y televisión)»6. Es así como vamos todos olvidando nuestra identidad para asumir una cultura 4. I d ., Filosofía Etica Latinoamericana III, México 1977, 169. 5. A. C a rp e n tie r, L os pasos perdidos, Santiago 1969. 6. E. D u sse l , Filosofía de la Liberación, Bogotá 1980, 114.

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