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CULTURA POPULAR Y PROYECTO DE. 109 Para ilustrar lo dicho es válido el caso de Tupac-Amaru, quien se levanta como líder popular y proclama que lucha por la dignidad de la religión: expresión genuina de la religiosidad popular, como núcleo del proyecto de liberación en un momento de opresión99. Verdadero testimonio para los hombres y las mujeres que hoy, en América Latina, nos llamamos cristianos, y somos parte integrante de una Iglesia que ha pronunciado en Puebla la opción por los pobres. Tupac-Amaru «entendiendo la esperanza mesiánica andina y aca­ tando la religiosidad cristiana» 100 condujo un movimiento revoluciona­ rio entre los años 1780-1782 de carácter eminentemente popular. «En las cartas y proclamas, mientras el mundo andino es comparado con la opresión de Israel, España se asimila a la imagen tiránica del antiguo Egipto y los indianos con el pueblo elegido en busca de su tierra, de su propio país, a la espera del Mesías como en el Antiguo Testamento. Imágenes de la tradición judeo-cristiana que vienen en auxilio de una concepción que es en definitiva autónoma» 101. Nuestro personaje realiza una clara lectura de la Historia a partir de la religión cristiana que él, como parte del pueblo, ha reelaborado, haciéndola parte integral y nuclear de su vida: esto es religión popular. En América Latina se nos presenta la religiosidad popular como núcleo vivencial y fuente de liberación. El pueblo que lucha contra el impe­ rialismo y la oligarquía nacional ve en Dios —y en la Madre Virgen— su auxilio y fortaleza. Dussel, en una conferencia reciente, hablando de lo profunda que es la vivencia religiosa popular, contaba lo siguien­ te: «E l comandante Borges llegó a un pueblo semidestruido y decidió comenzar su labor reconstruyendo los lugares de uso colectivo más nece­ sarios, a su parecer, entonces dijo: empecemos por reconstruir el dis­ pensario y la escuela. Los campesinos le respondieron: No, no coman­ dante. Primero la iglesia, primero la casa de Dios y de la Virgencita... Después hablamos. Y así tuvo que hacerse» 102. Es desde su vivencia religiosa que el pueblo lucha; es en la fe en Dios Padre — y en la Madre— que encuentra fuerzas para seguir batallando por obtener su libertad, por expresar su cultura. 99. Cf. Apartado 5.1 del presente trabajo. 100. A. F lores G alindo , La Revolución Tupan/arista y los pueblos andinos (una crítica y un proyecto), en Allpanchis XV (1981) 259. 101. Ibid., 258. 102. E. D u sse l , Conferencia...

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