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108 JESUS GARCIA Por considerar la religión como núcleo de la cultura añade más adelante: «Según esto la morfología de la cultura deberá esforzarse por indagar cuál es el centro ideal ético y religioso» 94. De forma que, para conocer una cultura, necesariamente deben conocerse sus fenóme­ nos religiosos. En todo pueblo existe «un núcleo ético-mítico que constituye (su) fondo cultural» 95. En el caso de América Latina, a una cultura popular corresponde una religiosidad popular, de manera que, si aquélla es la portadora del proyecto de liberación, ésta es el núcleo de dicho proyecto. Es esto lo que no ha captado la izquierda ortodoxa en Amé­ rica Latina: hay una religión de liberación, contraria a la reli­ gión de dominación. Es la religión de Moisés frente a la del Faraón; la de los Macabeos ante la de los griegos; la de Jesús frente a la de los maestros de la Ley; la de los cristianos del pueblo, revolucionarios y contestatarios, frente a la de los opre­ sores que cada domingo van a misa e invitan al cura —mejor si tiene título de Monseñor— para que bendiga sus industrias capitalistas, devoradoras de ob rero s...96. Tal como hay conflicto cultural hay conflicto religioso. Una reli­ gión, la popular y auténtica, es cuestionadora del sistema vigente; otra, la burguesa, alienante, es legitimadora del sistema vigente, del 'orden’ establecido97. A la primera la llama Dussel religión infraestructural; a la segunda, supraestructural. El último párrafo del apéndice citado dice así: «En la historia habrá religión infraestructural mientras haya injusticia, mientras haya futuro y esperanza de un orden nuevo (...) y mientras haya praxis de liberación, que es el culto perfecto al Infinito» 98. Se define a la religión infraestructural como expresión sustentadora de una praxis de liberación. Este tema es, sin duda alguna, de vital importancia, más, no contando con el suficiente espacio —y tiempo— , debo limitarme a presentarlo. 94. Ib id. 95. Ibid., 59. 96. Id., Conferencia... 97. Cf. Apéndice I de Filosofía Etica Latinoamericana V, Bogotá 1980, 99-126. 98. Ibid., 126.

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